Las comunidades autónomas de Extremadura y Castilla y León son las únicas regiones con una tasa de migración negativa (-1,1 y -0,7 respectivamente) en el año 2003, pues su población descendió por efecto de las migraciones en 1.191 personas en el caso extremeño y 1.683 en el castellano-leonés.

Según datos del Anuario Social de España que elaboran el Instituto Lawrence R. Klein y la Universidad Autónoma de Madrid para la Fundación La Caixa, en el polo opuesto se sitúan Madrid y Baleares, las comunidades autónomas con mayor tasa de migración en el 2003, con un 25,1 y un 20,2 por mil respectivamente, y un saldo migratorio en cifras absolutas de 130.824 personas en el caso de Madrid y 17.077 en las Islas Baleares. Son estas dos comunidades punteras en el movimiento migratorio que afecta a España.

LA REGLA DE MEDIR

El saldo migratorio es la cifra resultante de restar el número de inmigrantes llegados a una comunidad autónoma desde el extranjero (exterior) o desde otra comunidad (interior), el de emigrantes que han salido de esa región. El estudio sólo contabiliza la emigración a otras comunidades y subraya que la exterior es poco relevante.

La tasa de migración es la división de ese saldo migratorio entre el total de la población multiplicado por mil.

Tras Madrid y Baleares, se sitúan con tasas más altas La Rioja (20,1 por mil), Murcia (18,5) y Canarias con un 17,9.

OTRAS COMUNIDADES

En el resto de comunidades se observan cifras muy dispares. Así, Cataluña, una región que siempre ha tenido un importante flujo migratorio por su infraestructura industrial, se encuentra en el 2003 con un saldo migratorio de 34.843 personas con una tasa del 5,57 por mil; La Comunidad Valenciana mantiene otro importante índice migratorio y figura con 67.457 personas y una tasa del 16,3; Andalucía, con 25.518 y 3,48; Aragón, con 3.025 y 2,54; Asturias, con 1.977 y 1,84; Canarias, con 30.771 y 17,9; Cantabria, con 3.168 y 5,9; Castilla La Mancha, con 12.876 y 7,42; Galicia, con 6.894 y 2,5; Murcia, con 21.306 y 18,5; Navarra, con 2.826 y 5,2; País Vasco, con 2.668 y 1,27; Ceuta, con -420 y -5,6 y Melilla, con -835 y -12,6.

EMIGRACION INTERIOR

Respecto a la emigración interior, y siempre fijando los datos en el año de referencia, Cataluña marcha a la cabeza del movimiento, estableciéndose el saldo en 201.578 personas. Le sigue Andalucía, otra región española con un importante flujo, presenta una cifra de 161.121 personas. Madrid figura en tercer lugar, y es también otra comunidad que tiene un notable movimiento, presentando actualmente un saldo de 148.583 emigrantes. El resto de comunidades ofrece un importante bajón respecto a las citadas. Aragón registra un saldo de 20.976 personas; Asturias queda con 21.804; Baleares, con 28.820; Canarias, con 53.992; Cantabria, con 14.367; Castilla y León, con 61.572; Castilla La Mancha, con 38.852; Comunidad Valenciana, con 99.353; Galicia, con 62.632; Murcia, con 22.105; Navarra, con 15.306; País Vasco, con 48.902; La Rioja, con 6.300; Ceuta, con 2.528 y Melilla, con 2.585.

PROVINCIAS

El Anuario Social de España también ofrece un estudio por provincias. En éste, las conclusiones desvelan que Alicante registra una mayor tasa de migración, con un 25,8 por mil y un saldo migratorio de 37.304 habitantes, ya que en su territorio se encuentran las ciudades de Torrevieja, Orihuela y Benidorm con tasas de crecimiento de 176,9, 48,9 y 48,7 por mil respectivamente, que están entre las más altas de todo el país.

En el punto opuesto de la relación publicada, la provincia que cuenta con una menor tasa de migración es Cáceres con un -3,4 por mil y un saldo en negativo de 1.393, seguida de Salamanca con (-2,7 por mil y 927 habitantes menos). Ambas están a mucha distancia de las que figuran en la cabecera del estudio encargado por La Caixa.