Orhan Pamuk convirtió el pasado 22 de octubre la rueda de prensa en la Feria de Fráncfort en un alegato, o ruego, para la integración de Turquía en la Unión Europea. El escritor insistió en la responsabilidad de este país en la matanza de armenios y kurdos a inicios del siglo XX y se refirió con amargura al juicio al que deberá someterse a partir del 16 de diciembre, en Estambul, acusado de haber "insultado" la identidad nacional. El escritor turco, premio de la Paz de este año, se reunió con los medios informativos en la habitual comparecencia que precede a la entrega de ese galardón, que cierra el mercado del libro en la ciudad alemana, y que desde hace 55 años otorgan los libreros y editores alemanes.

Pamuk (Estambul, 1952) es uno de los autores turcos más conocidos, premiados y traducidos (unas 30 lenguas). Ha escrito ocho novelas --El libro negro, Me llamo rojo -- y la última, Nieve (Alfaguara), acaba de aparecer en España. Al inicio de la rueda de prensa, el autor hizo una amplia explicación de su obra, se refirió a los orígenes de su vocación --"hoy hace 30 años que empecé a escribir ocho horas diarias"-- y citó a sus referentes literarios, todos europeos, Tolstoi, Mann, Woolf, entre otros. Las preguntas que recibió fueron por otros derroteros, por la situación de Turquía y, en especial, por las causas de su procesamiento.

CONTRADICCIONES

Pamuk, autor incómodo en su país para militares con trasfondo autoritario e integristas islámicos, repitió que nunca ha tenido nada que ver con la política, "pero me he visto empujado por los acontecimientos, y asumo mi responsabilidad". Dijo tener la sensación de que desde su primer libro, y hasta el último, está contando lo mismo, "la historia de una Turquía que hace 200 años inició un largo camino para abrirse a Europa y convertirse en sociedad laica". Confesó que su obra está llena de contradicciones, abierta a todo lo moderno, pero también es un reflejo de la cultura del Islam. "Y en mis novelas --añadió-- siempre hay un personaje que se me parece".

El escritor comentó que la acusación del fiscal turco, que ha derivado en juicio, tiene el punto de partida en una entrevista aparecida en un diario suizo, en la que denunciaba la masacre de armenios y kurdos y la calificaba de genocidio. Pamuk insistió en que sí formuló la acusación --"el novelista tiene la obligación de reflejar el alma y el dolor de la gente, y yo lo he hecho con esos dos pueblos",-- aunque no utilizó ese término que, a la postre, se ha convertido en la base de la acusación. "En definitiva --añadió-- lo que está ocurriendo nada tiene que ver con armenios y kurdos, y sí mucho con lo que pasa en Turquía y la entrada en la Unión Europea, que unos quieren y otros rechazan".

La rueda de prensa se vio animada por la espontánea intervención de un periodista turco que, al parecer, insultó al escritor, aunque sus airadas frases no fueron traducidas al alemán por el único intérprete presente en la sala. Se preguntó también a Pamuk por las acusaciones de traidor que recibe por parte de la prensa turca y por el futuro de su país: "Una cultura encerrada, envejece y puede morir; Europa y Turquía han peleado durante mucho tiempo y ya es hora de que caminemos juntos", dijo.