Quedar fuera de juego, en sentido literal y figurado, es una sensación insoportable para la mayoría de los adolescentes, y de esa circunstancia han sabido apropiarse bien los diseñadores de algunas TIC, y de su publicidad. El móvil, el messenger, las redes sociales de internet y los juegos de ordenador han logrado atraer el interés de los menores de 17 años, y, como sucede con las innovaciones pensadas para individuos influenciables, su uso excesivo ya es un foco patológico. El 10% de los adolescentes dicen pasarlo "muy mal" si no tienen el móvil.