Aunque cara a la galería se haya puesto de moda ver películas españolas las cuotas de asistencia en las salas cuando se proyectan filmes made in Spain hablan por sí solas y no les llegan a las suelas de los zapatos de las producciones americanas, en cuando a rentabilidad se refiere.

Así, todos los que viven de la versión española han decidido tomar cartas en el asunto y lanzar una campaña publicitaria, que hoy comienza a emitirse, con el objetivo de promocionar el trabajo propio. La pasada semana la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales Españoles (FAPAE) presentaba tres anuncios con este propósito en un acto en el que se concentraron tantas caras conocidas de la gran pantalla como en la mismísima gala de los premios Goya.

De este modo, bajo el eslogan: Necesitas urgentemente venir a vernos... Cine español , la campaña se centrará en obtener una cuota importante para el cine español en las salas y en la televisión.

Los actores Antonio Resines y José Coronado, y los directores de los espots Fernando Colomo, Manolo Gómez Pereira y Emilio Martínez Lázaro, son las caras más visibles de esta campaña, posible gracias al esfuerzo voluntario de decenas de personas involucradas.

"Hay que instalar en la cabeza y en la retina la marca del cine español, que es importante y que nos representa", dijo la presidenta de la Academia de Cine, Mercedes Sampietro, en su intervención.

El actual presidente de FAPAE, Pedro Pérez, defendió que "la campaña no es contra nadie", aunque para conseguir sus objetivos deberán "pelear por ocupar el lugar que le corresponde".

A pesar de contar con personalidad propia, los espots pertenecen a una campaña de dimensión global. De esta manera, Taxistas (Colomo) busca convertir el cine español como una alternativa al aburrimiento; Halloween (Gómez Pereira) reflexiona sobre la influencia de la tradición estadounidense en España, mientras que Bateador (Emilio Martínez Lázaro) habla de la capacidad del cine español frente al extranjero, con el agregado de ser de la misma cultura.

LAS CUENTAS

Pero éste no fue el único acto que protagonizó el cine español la semana pasada ya que el jueves hizo balance del año 2003 presentando unos resultados sólo pasables. Unos números de estabilidad, ni fríos ni calientes, como de impasse , que permiten cuanto menos encarar el 2004 con una cierta sensación de esperanza. Aumentó la producción de películas españolas y la cuota de mercado del cine nacional, pero se igualaron los ingresos en taquilla con respecto al 2002. La conclusión, en cualquier caso, es que la industria consiguió enmascarar sus males endémicos. La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España ofreció un balance cauteloso. Tiempos de inflexión , titularon el informe. Es cierto que el cine de aquí aumentó su cuota de mercado (el 16%) con respecto al ejercicio anterior (13,7%), y que lo hizo en un año en que los grandes directores no estrenaron --léase Almodóvar y Amenábar--, pero a la vez conviene aclarar que el auge del porcentaje debe anto todo atribuirse al bajón total sufrido por el cine como opción de ocio.

Es, por tanto, un aumento "ficticio", como precisa el informe de la academia. Y es que las taquillas perdieron 10 millones de espectadores. Lo subrayable es que las más perjudicadas son las producciones procedentes de Estados Unidos.