El segundo y último fin de semana del festival Rock in Rio-Lisboa (del 4 al 6 de junio) empezó el viernes con unas impresionantes demostraciones de músculo y pirotecnia musical a cargo de fornidas bandas del metal como Metallica, Incubus y Slipknot que levantaron el ánimo del público y de la organización. El sábado, Britney Spears aburrió con un espectáculo frío, aunque Black Eyed Peas salvó la jornada. El domingo, Sting, Alejandro Sanz, Alicia Keys y Pedro Abrunhosa --el principal rockero luso-- pusieron buena nota al cierre de un macrofestival saldado con las expectativas medio cumplidas.

El balance de espectadores del primer fin de semana, en el que actuaron nombres mayúsculos como Foo Fighters, Paul McCartney, Peter Gabriel, Ben Harper y Gilberto Gil, puso el corazón en un puño a la organización. Y es que no asistieron más de 50.000 personas de media en cada una de las tres sesiones. En el segundo, el promedio ha aumentado hasta casi 70.000. En total unos 350.000 espectadores --la cantidad justa para que la organización no perdiera dinero-- habrán comparecido en la Ciudad del Rock.

Es la primera vez en sus cuatro ediciones que el festival --el mayor del mundo cuando se celebra en Brasil-- ha dejado Río de Janeiro. Y se ha instalado este año en Portugal en una operación comercial pensada para aunar rock y fútbol --una semana después daba comienzo la Eurocopa--. Pero la jugada no ha salido redonda. Y es que las expectativas se situaban en los 600.000 espectadores. Como referencia, en la capital brasileña suelen reunirse en total un millón de fans.

Musicalmente, el festival ha tenido de todo. En la columna negativa estaría Britney Spears, que decepcionó con el show de su gira Onyx Hotel por su escasa espontaneidad. La actuación duró poco más de una hora, en la que interpretó piezas de su último disco In the zone y algunos de sus éxitos. En resumidas cuentas, la chica de Luisiana defraudó y acabó marchándose sin despedirse de su audiencia, mayoritariamente adolescente, que empezó con ganas pero fue perdiendo interés.

Mejor salieron las cosas a sus compatriotas de Black Eyed Peas, que interpretaron con dinamismo su último disco, Elephunk , y lanzaron proclamas contra la administración que hoy manda en la Casa Blanca.