La Superbowl no se la ha vuelto ajugar desde que, hace dos años, un pecho furtivo de Jannet Jackson provocara una ola de puritanismo en todo Estados Unidos.

El incidente lo protagonizó la cantante durante la actuación en el intermedio de la final de la liga junto al cantante Justin Timberlaque. Aunque la imagen duró apenas unos segundos, en los días siguiente se convirtió en la imagen más comentada del país y la más mostrada en el resto del mundo.

Para eviatar que algo así volviera a suceder, la siguiente emisión de la final de la Superbowl se programó con cinco minutos de retraso, para que los realizadores tuvieran la oportunidad de reaccionar si se producía un nueo incidente.

Otros espectáculos seguidos por millones de espectadores, como la gala de Los Globos de Oro y la de los Oscar, también se vieron afectadas por la misma medida en ese año.