El consumo inteligente de cafeína mejora el rendimiento deportivo, según demuestra una tesis doctoral elaborada por Guillermo Olcina Camacho, del Departamento de Fisiología de la Universidad de Extremadura (Uex), que también revela que en sujetos no entrenados esta sustancia puede incrementar el estrés oxidativo y el daño celular.

Olcina ha estudiado en su tesis doctoral la cafeína como una sustancia de uso generalizado en la población europea y su incidencia en el mundo deportivo, según informa la universidad, que indicó que la cafeína se ha usado como un producto estimulante tanto para actividades cognitivas como deportivas. "En nuestro estudio hemos comprobado algunos efectos sobre el rendimiento deportivo en diversas modalidades, además de aportar información sobre los mecanismos metabólicos de acción, y en particular en el metabolismo de los ácidos grasos libres", indicó el autor.

La dosis de estudio fue cinco miligramos por cada kilo de peso, lo que equivale a cuatro cafés. Esta dosis es segura porque no sobrepasa en orina la tasa permitida por el Comité Olímpico Internacional (COI) hasta hace poco, ya que actualmente está permitida.

CONCLUSIONES

En cuanto a los cambios en el rendimiento físico tras la ingesta de cafeína, la investigación revela que a los sujetos no entrenados les beneficia para esfuerzos aeróbicos de carácter máximo, gracias al aumento en el consumo máximo de oxígeno y la frecuencia cardiaca, debido al poder estimulante y movilizador de grasas de esta sustancia.

En los deportistas o sujetos entrenados en resistencia esta sustancia aumenta su rendimiento en esfuerzos de carácter submáximo y de mayor duración, como una carrera de 15 kilómetros, principalmente por una mejora en la economía metabólica.

Sobre ejercicios anaeróbicos de corta duración (30 minutos), la cafeína no aporta beneficios.

La tesis señala que la movilización de las grasas es el principal cambio metabólico que genera esta sustancia, ya que aumenta la disponibilidad de ácidos grasos saturados para su uso como combustible energético en detrimento de los monoinsaturados.

Todo ello motivado por un bloqueo de la actividad enzimática de la desaturasa delta 9.2, un aspecto novedoso aportado al mundo científico por este estudio.