Letras sobre "verdades incómodas" (que da título a una de las canciones) --Guantánamo y el cambio climático son algunas de las que la banda menciona en la única canción que de momento tiene título--, estrofas sobre las penurias de una pareja de indigentes o de un niño inmigrante marroquí, así como otras mucho más alegres, como la que habla de la reciente maternidad de la cantante Marina Abad, que ha tenido un bebé con el trompetista Carlos Sarduy, son algunas de las que se podrán escuchar en el cuarto disco de Ojos de Brujo. El álbum saldrá en marzo y contará con una jugosa lista de invitados.

Entre las novedades hay una nomenor. Por primera vez lo lanzarán bajo el paraguas de unadiscográfica multinacional, Warner. "La licencia es solo por un disco. Y la decisión no ha sido fácil: hemos tenido un intenso debate entre nosotros" admite el guitarrista, Ramón Giménez. "El primer álbum lo sacamos con Edel, luego optamos por la autogestión, pero la banda ha crecido y el esfuerzo que implica es demasiado. Al final, te das cuenta de que no puede ser que no dediquemos todo nuestro tiempo a la música".

Giménez, también portavoz portavoz, adelanta nombres de los colaboradores: "Los Van Van al completo"; "los indios de Katana College of percussion" que tocan "en la que será la catedral del compacto, la mejor canción"; Chano Domínguez, que con su piano anima "una soleá por bulerías", y el rapero Tote King, que canta en "una superbailable rumba-funky".

El título del nuevo compacto aún no lo tienen claro --"solo sabemos que, como los otros, también será una palabra en caló"-- ni el número de canciones que lo integrarán --"entre 11 y 14"--. Pero sí conocen bien la evolución de su música, disco a disco. "Vengue 1999 fue un trabajo ingenuo, de colegas; con Barí 2002 nos dimos cuenta de lo que podíamos hacer como banda, mientras que Techarí fue experimentación pura y dura. Ojos ha sido la escuela que nos ha permitido crear nuestro propio pseudocódigo, un lenguaje que en este nuevo disco hemos vuelto a poner en la batidora de la rumba para hacer canciones más digeribles, sin descartar algunos de lo que llamamos antisingles ".