"Tengo una educación muy poco académica. El cine lo he ido aprendiendo haciéndolo, y tengo la impresión de estar inventándolo todo, de estar creando un lenguaje. Ya sé que no es cierto, que el lenguaje está creado. Pero para mí soy yo el que lo invento, porque es la primera vez que hago algo". En este honesto narcisismo, que implica un precioso y personal proceso de (auto)descubri- miento, Almodóvar resume casi tres décadas de aprendizaje tras las cámaras. La suya es la historia de un sueño hecho realidad, la crónica de la fuerza de la voluntad de un empleado de la Telefónica que no pudo ir a la Escuela de Cine y que decidió romper los moldes de una España en ebullición. Sus cortos en super 8 (´Film político, La caída de Sodoma, HomenaJe, Blancor´) no hacían suponer que su frescura, su sana insolencia, se convirtiera en la elegancia formal de ´Mujeres al borde de un ataque de nervios´ o la sobriedad expositiva de ´Volver´. De testigo de excepción de la Movida al Oscar, pasando por la Palma a la mejor dirección en Cannes, ésta es la historia de un artista que se ha inventado a sí mismo y al que le queda cuerda para rato.