Cuatro décadas de historia

Cierra el bar restaurante DP, un mítico de las rutas de la tapa de Monesterio

Su cocina posee hasta diez premios en diferentes concursos gastronómicos

Domingo Delgado y María Jesús Pecellín, en su establecimiento

Domingo Delgado y María Jesús Pecellín, en su establecimiento / RAFA MOLINA

“Nos vamos por la puerta grande”, dice Domingo Delgado, que junto a María Jesús Pecellín, forman el tándem DP. El de la pandemia fue un año para “la reflexión”, en el que “nos acostumbramos a sobrevivir con el negocio cerrado”, y eso, “nos ha preparado para que el tiempo de la jubilación no nos suponga ningún tipo de trauma”. Es más, piensan en su jubilación como “una nueva etapa”, para la que se han venido preparando durante su larga vida profesional. Ahora toca “disfrutar del campo, de los hijos, de los nietos…de todo lo conseguido en tantos años de lucha y esfuerzo”. De “aprovechar nuestro tiempo al máximo”, y sacar la mayor rentabilidad posible de “las posibilidades que nos brinda esta nueva situación”.

La jubilación de Domingo, (que no la de María Jesús que continuará regentando el hostal DP El Pilar), supone el cierre de uno de los establecimientos hosteleros más emblemático de la travesía de la Nacional 630 a su paso por el casco urbano de Monesterio. Después de treinta y tres años; --el bar de copas, reconvertido en disco pub, y finalmente evolucionado como lugar de referencia gastronómica de Monesterio--, echa el cierre.

Los principios

Eran novios. Muy jovencitos, en el año 1981, (3 de agosto), Domingo y María Jesús, alquilan el ya desaparecido Bar Ferreira. “Empezamos, como casi todos. Sin tener idea del mundo en el que nos metíamos, pero con muchísima ilusión”. Después de ocho años regentando este bar, deciden comprar los bajos del Edificio La Reverencia, para convertirlo en su propio negocio. Seis años antes, María Jesús y Domingo habían contraído matrimonio con el objetivo común de “formar una familia y labrarnos un futuro, en el mundo de la hostelería”. Cuatro décadas después, exponen con orgullo lo conseguido. Un negocio saneado, la construcción de un hostal, y lo más importante, “sacar hacia adelante tres hijos, que ya tienen sus propias familias, y sus carreras profesionales que les hacen ser totalmente independientes”.

Echando la vista atrás, Domingo recuerda la evolución de un negocio, que, “como todo en la vida, ha tenido sus propios altibajos”. Los primeros años fueron de vértigo. “Llegábamos a hacer turnos de 24 horas”. Luego llegó la época del disco pub, que duró apenas, unos años; y finalmente, llegaría el reconocimiento popular hacia los exquisitos guisos de María Jesús. Los fogones del restaurante DP poseen una decena de premios, la mayoría de ellos, reconocimiento, mediante votación popular, en los diferentes certámenes gastronómicos que se celebran en Monesterio.

 El DP abrió sus puertas un 15, de junio, de 1988. “No fue fácil”, recuerda Domingo. “No teníamos un duro. La desconfianza, --por falta de peculio--, era tal, que “ningún constructor local se fiaba de nosotros”. Entonces, “a través de un contacto”, recurrieron a El Corte Inglés. El gerente de la sucursal de esta firma en Badajoz, acogió la idea con “interés”, y gracias a ellos, “pudimos financiar, construir y sacar hacia adelante”, lo que a la postre se convertirá en el proyecto vital de la familia.

María Jesús Pecellín, en los fogones de la cocina del restaurante DP

María Jesús Pecellín, en los fogones de la cocina del restaurante DP / Rafa Molina

El café de la mañana en el DP

El café de la mañana en el DP / Rafa molina

Bar taurino

La constante adaptación para la supervivencia ha marcado la vida del DP. “Los bares de copas fueron perdiendo fuelle, y los negocios dirigidos hacia la juventud, no duran más de una década”. Fue una época “difícil”, pero “no tanto como el año del confinamiento. El peor en cuatro décadas”. Al día de hoy, --utilizando el símil taurino--, “creo humildemente, que nos vamos con oreja y rabo”. Y, es que, este 2020, “aunque tengamos que cerrar, está siendo uno de los mejores años de nuestra trayectoria”.

Tras el declive de los bares de copas, el DP se convierte en referencia taurina del sur de Badajoz. Como complemento, la apertura del hostal supuso toda una bocanada de aire fresco. El negocio del bar se vio recompensado con el complemento de los alojamientos, a los que añadir desayunos, almuerzos y cenas. Entre tanto, su amistad con la familia de los Hernández, (abuelo y padre de la actual figura del rejoneo Leonardo Hernández), designa el establecimiento como taquilla o punto de venta de entradas de los mejores eventos taurinos de la zona. “Por aquí comenzaron a pasar todas las figuras del toreo”, recuerda Domingo. “Nos dieron un gran empujón y es mucho de agradecer”.

En estos días previos a la fecha de cierre, (el sábado, 2 de octubre), La clientela pregunta. Se dice que te vas a jubilar, pero ¿el bar abrirá, o no? De momento no. “A no ser que haya alguien interesado en continuar. Yo, me jubilo”. Pues entonces, ¿seguro que te vas a aburrir? No habrá tiempo para el aburrimiento. María Jesús y Domingo cierran el DP “satisfechos por lo conseguido y muy agradecidos de su clientela”. Ha sido una vida “muy sacrificada, pero muy gratificante”. A partir de ahora les toca disfrutar.