EL CHINERO

El hermano pequeño

No haría falta una comisión de investigación en la Diputación de Badajoz si el PSOE hubiese aclarado las dudas vertidas

Gallardo se dirige al portavoz del PP durante el pleno que decidió crear la comisió de estudio.

Gallardo se dirige al portavoz del PP durante el pleno que decidió crear la comisió de estudio. / S. GARCÍA

Ascensión Martínez Romasanta

Ascensión Martínez Romasanta

Si David Sánchez Pérez-Castejón buscaba pasar desapercibido cuando apostó y aceptó un puesto en la Diputación de Badajoz, nada más lejos de conseguirlo. Desde hace meses, el hermano pequeño de Pedro Sánchez (secretario general del PSOE y presidente del Gobierno de España), está en el punto de mira por las acusaciones delPP de Extremadura y del grupo popular en la corporación provincial, que cuestionan que el sueldo que cobra de dinero público esté justificado.

David Azagra (nombre artístico) superó un proceso selectivo para hacerse con el puesto, de nueva creación, de coordinador de actividades de los dos conservatorios que dependen de la diputación. Se presentaron diez candidatos y el tribunal se decantó por el perfil profesional del hermano pequeño de Pedro Sánchez, de quien nadie puede poner en duda su formación, valía y experiencia. David Azagra se licenció en Icade y antes había terminado Bachillerato en Maine (Estados Unidos). Su vocación lo llevó a formarse como músico en Rusia. Estudió Composición y Dirección de Orquesta. De San Petersburgo a Elvas (Portugal), donde vive. Su lugar de residencia también ha sido objeto de crítica por la oposición, que denuncia que tribute en el país vecino en lugar de hacerlo en el que le da de comer. Crítica extemporánea, pues son bastantes los extremeños que a diario cruzan la delgada línea de la Raya para ejercer su profesión y, que se sepa, no hay contrato que obligue a un funcionario a fijar su residencia en el país donde está su puesto de trabajo.

Al margen de esta protesta, los populares hablan de ‘trato de favor’ de la diputación hacia David Sánchez, que pasó de su puesto inicial, en el que cobraba 42.000 euros, a dirigir la Oficina de Artes Escénicas, de nueva creación, con un sueldo de 55.000 euros, sin superar ningún proceso selectivo. El presidente de la diputación, Miguel Ángel Gallardo, flamante secretario regional del PSOE y futuro candidato a presidir la Junta, defiende que no tenía que someterse a ninguna prueba, porque David Sánchez realiza las mismas funciones que en el cargo para el que fue elegido inicialmente. La explicación es literal y responde a la definición de un puesto hecho a medida. Un puesto de alto cargo en una Administración pública. Mismas funciones, distinto sueldo.

Gallardo niega la mayor y rechaza rotundo que haya trato de favor hacia el hermano pequeño de Pedro Sánchez que, además, aún no era presidente del Gobierno cuando David entró en la diputación. Cierto. Se le olvida añadir que ya había sido elegido secretario general de su partido. En todo caso, ‘ser el hermano de’ no debería suponer una desventaja a la hora de aspirar a un puesto de trabajo si por méritos propios lo merece. 

Los populares no se quedan ahí y aseguran que el hermano pequeño no acude presencialmente a su puesto de trabajo en el palacio provincial. No pasa por allí y no ha solicitado teletrabajar. Gallardo aclara que si fuese cierto que no rinde, sería cesado, aunque para el presidente de la diputación, como buen jefe, lo que cuentan son los resultados: él los llama «objetivos», sin horarios, y el hermano pequeño del presidente del Gobierno los cumple. Esta misma premisa debería aplicarse a todos los empleados públicos cumplidores, obligados a fichar cada día y a justificar que pasan en su puesto de trabajo las horas que marcan sus contratos.

Para que no parezca que algo se oculta, los socialistas han accedido a crear una comisión de estudio en la diputación, no sobre el hermano pequeño de Pedro Sánchez, sino sobre el proyecto Ópera Joven y la Oficina de Artes Escénicas, que dirige. No hubiese hecho falta llegar a este punto si el PSOE de la diputación o el propio presidente hubiesen aclarado las dudas vertidas, no sobre el hermano pequeño de Pedro Sánchez, sino sobre las presuntas condiciones ventajosas de un cargo pagado con dinero público.