Referentes LGBTI+

Familia con dos madres: «Esta es mi mamá y esta es mi mami»

Estas jóvenes lo tuvieron muy claro desde siempre: estaban hechas una para la otra. También compartían el instinto maternal: «Sabíamos que queríamos ser madres juntas»

Pilar, Carmen y Silvia, de izquierda a derecha, en un parque de Badajoz.

Pilar, Carmen y Silvia, de izquierda a derecha, en un parque de Badajoz. / J. H.

Silvia Moreno (La Zarza, 1990) y Pilar Montero (Badajoz, 1984) son parejas desde 2017 y madres de Carmen desde 2020. Siempre supieron que estaban hechas una para la otra, tanto es así que un año después de conocerse se casaron. 

También tuvieron claro su faceta como madres: «Sabíamos que queríamos serlo juntas o por separado, tuvimos la suerte de hacerlo juntas», cuenta Pilar Montero. Dos años después de la boda, en julio de 2020, llegó Carmen.

Se consideran «un gran equipo» en lo familiar y dicen que están educando a Carmen mediante fomentando el respeto hacia ella. Confiesan que requiere mucha paciencia, pero están consiguiendo el resultado que buscaban: «Es una niña muy empática, cariñosa y respetuosa», dice Pilar.  

Su pareja apunta: «Carmen nos presenta orgullosa: esta es mi mamá y esta es mi mami»

Su proceso vital

El proceso para que naciera Carmen lo iniciaron en 2019, dos meses después recibieron la noticia del embarazo. Pilar fue la madre gestante y asegura que todo fue «más rápido de lo que esperábamos». Acudieron al Centro de Reproducción Asistida del Servicio Extremeño de Salud (SES) y las llamaron muy pronto. «No lo esperábamos tan rápido porque decían que la espera era de más de seis meses», afirma Silvia. 

Fue un proceso «muy sensible, porque tienes muchas expectativas, muchas ganas, al igual que miedos», reconoce Pilar. «Los últimos meses de embarazo fueron en pandemia», por lo que «no pudimos hacer preparación al parto presencial, fue online y muchas cosas que teníamos planificadas no pudimos hacerlas».

Pese a los inconvenientes reflexionan que el hecho de estar confinadas les posibilitó vivir juntas la recta final de su gestación: «Sin pandemia la última etapa de embarazo no la hubiera podido disfrutar junto a ella porque hubiera tenido que trabajar hasta el último día», reconoce Silvia. «Fue muy chulo porque vivimos el embarazo muy conscientes y muy cerca las dos», coincide Pilar.

Ambas explican que la llegada de Carmen fue un motivo de alegría para ellas y para las familias. Este cambio vital lo vivieron con incertidumbre y con muchos miedos; uno de ellos, la aceptación de la sociedad por ser «una familia diferente, fuera de lo normativo». El miedo no solo era hacia ellas, sino hacia su hija: «Lo temíamos porque era algo que no podíamos controlar, pero ahora estamos en un punto diferente, aunque eso sigue ahí vemos a Carmen muy feliz y va a saber aceptar lo que le digan haciéndole caso o no», explica Pilar.

LGBTI-fobia

Estas jóvenes vivieron discriminación en su juventud. Pilar hizo pública su orientación sexual cuando tenía 16 años, en aquel momento no fue muy aceptada, asegura que «faltaban referentes y estaba todo marcado con muchos estereotipos y etiquetas». Este matrimonio cuenta que «ahora están mucho más visibles» gracias al trabajo del colectivo y «muchas personas que han luchado por ello». Por eso conceden esta entrevista, para «ser visibles y ayudar a las que vengan»

Aunque el avance de la visibilidad lésbica es muy grande, «queda mucho camino por hacer, siempre te encuentras comentarios». 

«Sigue habiendo miradas», coinciden las dos, cuando las ven como una familia. Dicen que siguen recibiendo discriminación inconsciente cuando le preguntan por su marido o por el padre de Carmen. Hasta en el momento en que Silvia fue a registrar en el juzgado a su hija le costó un tiempo que el funcionario entendiese que eran dos madres: «Madre gestante es Pilar, la otra madre soy yo». «Tuve que tachar padre y poner madre», reconoce Silvia. 

Pequeños obstáculos

Carmen empezó este curso en el colegio y, aunque no han sufrido ningún momento de rechazo, sí que han tenido pequeños obstáculos: «Lo primero que te encuentras en el papel de inscripción es padre y madre», explica Pilar.

Ambas reconocen que la aceptación que vive el colectivo no es sinónimo de la inclusión real, «aunque no nos encontramos ningún problema, hay veces que la aceptación no es total», dicen. Según ellas, hay trabajo también en facilitar a las parejas de hombres la posibilidad de convertirse en padres mediante la adopción, «podría simplificarse los procesos». 

Esta familia ha participado en el encuentro de las familias de este sábado, como cada año, porque creen importante celebrar con el resto de familias ese día y ven que es necesario crear estos puntos en los que encontrarse realidades diversas: «Teníamos ganas de que llegara, es un momento muy chulo, vamos cada año y es un espacio seguro», detalla Pilar. 

Planes de futuro

Pilar y Silvia, junto a Carmen, forman una familia que inicialmente querían que la compusieran cinco miembros, pero reconocen que la conciliación laboral y familiar está siendo complicada, por lo que han decidido quedarse solo con una hija. Aunque Silvia confiesa que «justamente ahora que ha salido el tema, le he dicho a Pilar: ¿Cariño, vamos a por otra?». Por el momento, no saben qué ocurrirá, «ya se verá», dice Silvia, aunque sí tienen idea de que la madre gestante en la próxima ocasión, si es que la hay, será ella para compartir la «maravillosa experiencia de ser madre».