La firma fue creada hace 180 años en Alemania por los príncipes de Ysenburg y Budingen. La quinta generación familiar abrió la filial en Las Capellanías a mediados de los 70, dedicada a fabricar vajillas de loza y complementos de mesa, que llevaba su impronta a las tiendas más refinadas del mundo. Llegó a ser la tercera industria de la ciudad por plantilla (180 empleados), volumen de negocio (5 millones de euros anuales) y producción (4 millones de piezas/año),

Pero la competencia asiática desató los problemas en los 80. Desde 2001 se sucedieron recortes y luego tres fuertes golpes: una suspensión de pagos y dos quiebras. Fue liquidada en 2007, con 90 empleados que lucharon hasta el final. La mayoría de los 150 acreedores apenas cobraron sus deudas.