Salvo Cáceres y Plasencia, 221 municipios cacereños no tienen un lugar donde cuidar de los animales abandonados hasta que son recuperados por sus dueños, y mucho menos donde gestionar su bienestar si definitivamente nadie les busca. Esta situación encontrará por fin remedio. La Diputación de Cáceres ultima la apertura, tras su construcción, del primer Refugio Provincial de Animales. Se ubica en la finca Haza de la Concepción, propiedad de la institución provincial (término de Malpartida de Plasencia).

Las instalaciones, que han contado con un presupuesto de 373.726 euros, ya están prácticamente listas con capacidad para 200 perros. Disponen de 70 cheniles organizados por módulos en función de las características y tamaño de los animales. El refugio incluye un edificio de atención veterinaria y cuarentena, sala de recepción y atención de visitas, y lazareto o recinto sanitario para el tratamiento de enfermedades infecciosas. La edificación ocupa 534 metros cuadrados y está rodeada de un prado de otros 3.000 metros reservado al esparcimiento animal.

Listo el espacio, la Diputación de Cáceres ha publicado en el BOP nº 0044 la apertura de la consulta pública del reglamento que regulará la utilización del refugio, paso previo a la aprobación inicial por el pleno provincial. Establece el funcionamiento, utilización y servicios de la instalación, y salió a exposición pública el 8 de marzo para que los sujetos y organizaciones potencialmente afectados puedan trasladar sus opiniones, al igual que la ciudadanía.

Así funcionará

Dicho reglamento concreta la labor del Refugio Provincial, que garantizará el bienestar animal y buscará nuevas oportunidades a estos perros mediante las adopciones. También deja claros sus servicios: «recogida, alojamiento, manutención y entrega de perros vagabundos o presuntamente abandonados, que deambulen por la vía pública de los municipios de Cáceres».

Su gestión podrá contratarse con una empresa «con capacitación profesional suficiente», que se encargará «de todo lo competente en materia sanitaria y alojamiento de los perros, documentación y determinación de los posibles sacrificios por enfermedad o penosidad de dichos animales». El reglamento añade que la plantilla contratada tendrá asignadas las labores de limpieza, desinfección, alimentación correcta de los perros, recogida de los mismos en las calles, mantenimiento de las instalaciones en perfecto uso y otras funciones análogas».

En el refugio, los animales serán objeto de los tratamientos sanitarios precisos orientados a «curar, paliar o prevenir enfermedades, tanto de carácter infeccioso y parasitario, como de carácter zoonótico». Recibirán las vacunaciones necesarias, el diagnóstico y tratamiento de enfermedades y lesiones, desparasitación y otros cuidados. Además, podrán realizarse las valoraciones de riesgo de perros potencialmente peligrosos.

La recogida

A petición de los ayuntamientos cacereños, el refugio procederá a recoger los perros considerados «vagabundos», es decir, que no tengan dueño conocido, domicilio, ni estén censados, o que circulen por poblaciones o vías interurbanas. «En ningún caso se recogerán animales manifiestamente enfermos para ser tratados o para sacrificio, ya que estas funciones corresponden a veterinarios colegiados», matiza el reglamento.

El personal acudirá a requerimiento de los consistorios, mediante rutas que se establecerán en función de las solicitudes formuladas y considerando el grado de urgencia y gravedad. Dicho personal estará acompañado por, al menos, una persona designada por el ayuntamiento correspondiente.

Los municipios donde se recojan perros deberán exponer en su tablón de anuncios los datos de estos animales con el fin de que puedan ser identificados por sus posibles propietarios. Una vez en el refugio, se formulará su reseña indicando especie, raza, sexo, edad, así como todas las particularidades que permitan su identificación. Para los recién recogidos existirán jaulas en las que se alojarán hasta su desparasitación externa e interna, aisladas del resto.

En busca de un dueño

El Refugio Provincial optará por la adopción como la solución más idónea. «En general, se intentarán adaptar las condiciones en que se encuentren los perros recogidos a las que requieran los posibles nuevos dueños que se vayan a hacer cargo de su custodia», precisa el reglamento. Además, se divulgarán entre la población tanto los beneficios como los deberes que reporta la tenencia de animales de compañía y los perjuicios que ocasiona su abandono.

Se realizarán fotos de aquellos perros susceptibles de ser adoptados. La difusión se hará a través de la web de la Diputación Provincial y de las redes sociales. Los interesados acudirán al refugio mediante cita previa para requerir cuanta información necesiten.

«Sólo en aquellos casos en los que, tras haber realizado todo lo razonablemente posible, un animal no haya podido ser entregado, cedido o adoptado, y siempre que no fuera posible atenderlo por más tiempo en las instalaciones, podrá ser sacrificado en los términos previstos en la Ley 5/2002, de Protección de los Animales», recoge el reglamento. También podrán sacrificarse los animales por razones sanitarias. Pero será la última solución del refugio, que nace precisamente con el espíritu contrario, el de garantizarles un modo de vida digno.