Ocurrió el 17 de marzo del 2019. El acusado había solicitado permiso para quemar restos vegetales, lo recibió y a los seis días procedió a ello. En cambio no debió apagar bien las llamas de uno de los montones de restos orgánicos y, al no haber adoptado ninguna de las medidas de prevención exigidas legalmente para evitar la propagación de las llamas, los rescoldos terminaron por prender más tarde, lo que desembocó en un incendio descontrolado. En concreto afectó al paraje conocido como Collado del Moro, en el término municipal de Berzocana, un terreno catalogado como Zona de Especial Protección para las Aves (Zepa) y como Zona de Especial Conservación Sierra de las Villuercas y Valle del Guadarranque. De hecho este punto está designado de interés geológico por encontrarse en el Geoparque Unesco Villuercas Ibores Jara. El incendio arrasó finalmente 40 hectáreas de montes y masas forestales. Para su extinción los efectivos del Plan Infoex necesitaron hasta cinco días de trabajos, lo que supuso un gasto para la Junta de Extremadura de 39.206 euros. Además el fuego causó daños en dos parcelas, una privada y la otra de titularidad municipal. El Juzgado de lo Penal Número 1 de Cáceres le condena ahora a una pena de un año y ocho meses de cárcel por un delito de incendio forestal causado por imprudencia grave, con la agravante específica de Zona de Especial Protección. Deberá pagar también una multa de 3.600 euros e indemnizar al Ejecutivo autonómico con lo que costó apagar el fuego. También debe pagar los daños a los dueños de las fincas afectadas.