Un nuevo galardón que agranda aún más la leyenda gastronómica de Atrio de la mano de su chef Toño Pérez, distinguido con el Grand Prix l’Art de la Cuisine que concede la Academia Internacional de Gastronomía. El jurado lo destaca, dice textualmente, por «su impecable trayectoria» al frente del Relais&Chateaux cacereño, que atesora dos estrellas Michelin.

El cocinero cacereño compartirá este premio, ex aequo, con el francés Guy Savoy, la italiana Antonia Klugman y el belga Peter Goossens. Se trata de la distinción más prestigiosa que cada año falla la academia y en esta edición ha hecho que Toño Pérez se convierta en el sexto cocinero español en recibirlo después de Juan Mari Arzak (1992), Ferran Adrià (1994), Santi Santamaría (1996), Joan Roca (2011) y Ángel León (2019). Informa Efe.

El reconocimiento es un impulso más a este hotel ubicado en el interior de la ciudad amurallada de Cáceres, con sus fantásticas construcciones almohades, góticas, renacentistas y coloniales, Atrio exhibe una sublime arquitectura obra de Luis Moreno Mansilla y Emilio Tuñón Álvarez, maestros del diseño contemporáneo. En el corazón de esta ciudad medieval, Jose Polo y Toño Pérez ofrecen una cocina con sabores únicos y auténticos en un escenario de ensueño, enormemente moderno. Trufas extemeñas, pasta y hongos, navaja con loncheja ibérica, manitas de cerdo, ostras tibias y otras creaciones gastronómicas armonizan perfectamente con el magnífico edificio, tal como detallan las crónicas sobre este establecimiento.

El restaurante, inaugurado en la plaza de los Maestros en 1986, consiguió su primera estrella en el 94, cuando triunfaban con sus inolvidables bolsitas de gambas. La segunda llegó en 2013, dos años después de que Toño Pérez y Jose Polo, tras un proyecto de rehabilitación que duró siete años, inauguraran en 2011 en la plaza de San Mateo su Relais&Chateaux, un 5 estrellas de 9 habitaciones y 5 suites, ubicado en lo que fueron dos edificios situados en San Mateo y en la calle Condes, en el corazón de la ciudad monumental.

El restaurante, Alma de Atrio, no ha dejado de conservar su identidad culinaria, cuenta con una bodega que contiene más de 35.000 botellas de vino de más de 20 países diferentes. Los empresarios, tras una reforma, se han embarcado desde diciembre en una nueva aventura: la de Torre de Sande, el restaurante ubicado también en la plaza de San Mateo. Allí han sacado de sus envoltorios los cubiertos de plata Meneses y los platos checos en blanco y oro que compraron a propósito de la visita de los Reyes Juan Carlos y Sofía a Las Hurdes en 1998. Precios contenidos, menús para dos personas por 70 euros que incluyen tres platos, bebida y postre. Y todo ello sin perder de vista a su horno Josper, «que es como un Rolls Royce», comenta Polo. Funciona solo con carbón» y el resultado de la carne es espectacular.

La guinda que le falta al pastel de Atrio es la apertura del histórico palacio de los Paredes-Saavedra, prevista para el próximo verano. Un hotel de lujo con 11 suites en la calle Ancha.