Las obras de la ronda este llegarán a su final en solo unas semanas. Es una vía necesaria para ir cerrando el anillo de calzadas que circundan el núcleo urbano. Su impacto sobre la Montaña, en su visual desde la vertiente este de la ciudad monumental, es evidente. Entonces, la pregunta es por qué no se hizo un túnel cuando fue una idea que estuvo sobre la mesa hasta que se desestimó hace una década. Cuando se rechazó se hizo sin mucho ruido porque entonces fueron muy pocas las voces en contra de que la opción del subterráneo se descartase.

Dos razones llevaron a que no se hiciera. La primera fue el coste, tanto el de su construcción como el de su mantenimiento, que tenía que afrontar el ayuntamiento, y el temor a que un presupuesto excesivamente elevado hubiera retrasado aún más su ejecución por parte de la Junta. La segunda razón fue que no hubo un fuerte rechazo social a que se suprimiera el túnel. Pasó casi desapercibido. Tampoco en los medios de información corrieron ríos de tinta contra su supresión. Todo esto hizo que fuese más fácil la decisión de eliminar el túnel.

Alegaciones contra la elección de un trazado sin túnel hubo pocas, y en la respuesta que la Junta dio a las mismas se encuentran más detalladas las explicaciones de por qué no se hizo. Además de las objeciones que se plantearon por los servicios técnicos del ayuntamiento y por la asociación conservacionista Adenex, otra reclamación en la que se incidió en contra de una elección sin túnel fue en la de la Fundación Cáceres Capital, colectivo que tuvo bastante actividad hace solo una década y que, entre otros fines, trabajó para que Cáceres tuviera un aeródromo en una ubicación alternativa a La Cervera, descartada finalmente por motivos medioambientales.

La Fundación Cáceres Capital argumentó en su alegación que había en la ciudad una mayor aceptación social de las alternativas con túnel contempladas en el estudio informativo de la ronda por la ‘agresión’ que un trazado sin subterráneo causaría no solo al paisaje, sino también a una serie de actividades y acontecimientos que a lo largo del año relacionan a la sociedad cacereña con el Santuario de la Virgen de la Montaña. 

En sus observaciones, el servicio de Urbanismo del ayuntamiento y Adenex mostraron su preocupación por el impacto visual. En la contestación que la Junta dio a ambos se precisó que la única zona de visibilidad sustancialmente diferente respecto a la alternativa en túnel se producía en un tramo de 200 metros con trazado en trinchera para reducir su impacto.

Pero fue en la respuesta a la fundación en la que se dio una explicación más detallada. Frente a la crítica por el rechazo social que la supresión del túnel podía causar, la Junta esgrimió varios argumentos. El primero fue que sin túnel los ciudadanos se iban a ahorrar 660.000 euros (estimación del 2011) al año del coste por el mantenimiento del túnel y que serían 16,5 millones durante los 25 primeros años de explotación. A lo anterior sumó que una opción con túnel supondría un sobrecoste de 14 millones sobre los precios de licitación. También añadió una tercera razón: con un trazado en superficie se creaba un acceso para San Marquino. 

Visto diez años después y con la ronda prácticamente ya construida, no hacer los túneles fue un error. Se perdió una oportunidad para hacer una ronda con un trazado más integrado en la ciudad.