Fue en diciembre del 2019 cuando el cacereño y médico jubilado, Eduardo Corchero, solicitó en la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo que se abriera una investigación para comprobar si los fondos prestados a la Junta de Extremadura para la construcción del hospital Universitario habían sido bien utilizados (el complejo se pagó con dinero que había llegado de Europa).

Este cacereño, que intervino incluso en esta comisión en Bruselas, trasladó al Parlamento su preocupación porque solo se hubiera abierto la primera fase del complejo hospitalario (abrió en enero del 2019) y a día de hoy aún no se ha redactado el proyecto de la segunda fase. Tras esa primera intervención la comisión acordó solicitar a la Junta de Extremadura toda la información y documentación necesaria para poder justificar el gasto de los fondos.

Tras analizar lo entregado por el Ejecutivo autonómico decidió cerrar la petición al entender que se había abierto un hospital. En cambio el eurodiputado popular Carlos Iturgaiz, que en una segunda intervención, en marzo del 2019, habló en nombre de Corchero, insistió en la necesidad de volver a analizar la situación porque reiteraba que no se había abierto un hospital al completo, sino un «medio hospital» al faltar aún por ejecutar la segunda fase.

Ahora, tras haber vuelto a analizar la situación, el Parlamento Europeo ha decidido cerrar la petición, con fecha del pasado 21 de mayo. «Según la información recibida por las autoridades españolas competentes, la ayuda del Feder 40.782.596,46 euros (cofinanciación del 80 %), se utilizó para la construcción de un nuevo hospital en Cáceres», dice exactamente la comisión europea. En caso de no haberse podido justificar la utilización de este dinero la Junta de Extremadura habría estado obligada a devolver los 40 millones.