Steve Smith y Carmen Ruiz-Pérez, él británico y ella española, ambos de 42 años, se conocieron hace 17 mientras ella estudiaba inglés en Paignton. Se enamoraron y ella después de un año se mudó a París. Se perdieron la pista, pero él rastreó su dirección en España y le escribió una carta en busca de la reconciliación. La carta la recogió su madre y la puso en la chimenea, donde pasó diez años sin ser leída por nadie. Hace unos meses, mientras reformaban la chimenea, la misiva apareció y la madre de Carmen se la dio. Ella le llamó, se reencontraron y ahora comparten de nuevo sus vidas.

Esta es una de tantas historias reales de amor. Dicen precisamente que la reconciliación es la parte más bonita del amor en una relación. Lo han escrito Pablo Alborán en ‘Te he echado de menos’, Rozalen en ‘Vuelves’, Amaral en ‘Sin ti no soy nada’ y Kike Rodríguez en ‘Mi voluntad’, una canción que representa una época muy bonita de amor en su vida. El tema habla de una relación de pareja, de lo bonito que es eso, «y de que la reconciliación es también muy bonita». No es la historia de una ruptura, qué va, es eso de ‘caminaremos juntos en la noche aprendiendo a pedir perdón’.

Kike Rodríguez (Cáceres, 1993) está de enhorabuena. Hoy y mañana y estará cantando en Mastropiero, dentro de su programación de Feria Matropiera con motivo de la celebración de San Fernando. «Tocar en Mastropiero es una alegría inmensa. Es una alegría tocar en mi ciudad, delante de Cáceres, en la feria...», dice el músico visiblemente feliz por este nuevo paso en su carrera.

En el repertorio no faltará, por supuesto, ‘Mi voluntad’. «Durante toda la canción se habla de la intención que tiene una persona dentro de esa relación y lo que quiero hacer es un cambio de música, un solo de guitarra y batería fuerte que signifique la ruptura, pero como yo soy de cosas buenas, el tema termina con la reconciliación». También estará presente otra de sus composiciones titulada ‘O será tu perdición’. «Las canciones son sentimientos en sí, y cuando la escribí estaba en un tiempo malo y salió esa letra. Mi intención es que cada uno haga suya la canción».

«Las canciones son sentimientos en sí y mi intención es que cada uno las haga suyas»

Tampoco dejará de lado versiones como la de Coque Malla, ‘No puedo vivir sin ti’ (un clásico que Kike ha sabido hacer suyo), y otras de Lady Madrid, Viva Suecia o Shinova. Entretanto, el compositor ha estado preparando sus nuevos trabajos en los estudios de Jorge Quesada de calle Colón. Y continúa con esta pasión por la música que ha marcado su experiencia vital. Kike comenzó a tocar la guitarra cuando solo tenía 13 años y desde entonces no ha parado. En sus letras derrama sentimientos, afloran sus emociones, sus experiencias, su forma de entender la existencia. Estar en una terraza escuchando cantar a Kike es un regalo. Mastropiero nos espera.