Es costumbre que cada cronista aporte su propia guía como herencia a la ciudad. Antonio Floriano Cumbreño presentó la suya en la que proponía a los visitantes una ruta para que permanecieran en la ciudad sesenta minutos. ‘Cáceres en una hora’. Cuarenta años después y con una aspiración que defiende que ni una hora ni un día alcanzan para recorrer todas las bondades que guarda la capital, Santos Benítez Floriano, con el peso que otorgan el apellido y el cargo de cronista que comparte con su antecesor, presenta lo que pretende dejar como legado a la ciudad, una guía en la que sobrepasa el sentido estrictamente asociado a una guía de viajes. 

Aparte de una visita guiada entre los principales monumentos locales, el cacereño busca  ampliar su ruta más allá del recinto intramuros y de la propia ciudad e incluye además un capítulo a la única fiesta con el título de Interés Internacional, la Semana Santa, con una reseña a cada una de las cofradías que dan forma a la Pasión cacereña. Todo este recorrido lo hace acompañado de la cámara de Boni Sánchez. El fotógrafo ha sido el encargado de documentar la guía, que cuenta con medio millar de imágenes, algunas «inéditas», ya que se adentran en palacios y monumentos que habitualmente no se encuentran abiertos al público. El trabajo ha sido patrocinado por la fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, que editará un millar de ejemplares en papel. De hecho, la presentación oficial tendrá lugar mañana lunes en la sede de la fundación en el palacio de los Golfines de Abajo. 

Aparte del sello de Sánchez, el trabajo cuenta con el prólogo de la catedrática de Historia del Arte María del Mar Bartolozzi y con la colaboración de firmas de poetas y escritores como la de Basilio Sánchez han dejado también su impronta con textos que acompañan a las imágenes. 

«Es el libro de mi vida» 

Culmina así un proyecto que arrancó hace dos años. «Es el libro de mi vida», confiesa. El objetivo en todo momento ha sido firmar un trabajo «divulgativo» que interese tanto a turistas como a los propios vecinos. De hecho, entre las novedades que incorpora se encuentra un apartado con curiosidades históricas de la villa, desde un apunte sobre el único cacereño que formó parte de la expedición de Colón al relato de los caballeros Fratres. «Hemos pretendido hacer una guía global», apostilla.

Siempre ligado en su carrera a ahondar en las bondades cacereñas, Benítez reconoce que «los cacereños han estado muchos años de espaldas a su ciudad» aunque sí sostiene que esa situación se ha revertido progresivamente, en gran parte motivada por el interés del turista, que no duda en alabar la riqueza del patrimonio de la ciudad. Precisamente, a ello pretende contribuir este trabajo: a seguir reconciliando a Cáceres con su propia historia.