Con la compañía extremeña Verbo Producciones arrancó muy bien la velada cómica en Las Veletas escenificando la graciosa comedia de figurón del calderoniano Rojas Zorrilla Entre bobos anda el juego. La versión del también buen actor Fernando Ramos incluye una modernización feminista en boca de la no muy expresiva protagonista (Beatriz Solís) que defiende la libre elección de pareja y casamiento, sin caer en los interesados y humillantes pactos paternos.

Los detalles que rio y aplaudió mucho el entregado y numerosísimo público fueron las muchas bromas, exageraciones gestuales y alusiones a los barrios cacereños y la duda en la utilización de la mascarilla para la bella Isabel ; y sobre todo la omnipresente y graciosísima actuación del criado Cabellera (Pedro Montero), nombre irónico al no tener ningún pelo de tonto, pues intermediaba y alcahueteaba de lo lindo.

Rozaban lo grotesco los incontables defectos de Don Lucas (Manuel Menárguez), hasta presumiendo de cornudo, pues su primo Pedro (Rubén Arcas), muy galán él le arrebata, con elocuente galanura, su prometida novia. Otro personaje excesivamente caricaturesco, como un envarado gigoló, fue el danzarín Don Luis (Dani Jaén), otro de los fallidos pretendientes, que se tiene que conformar con aceptar a la menos atractiva hermana de don Lucas, Alfonsa (Maria José Guerrero).

Lucieron bastante, con los oportunos cambios de luces, los convertibles decorados, en un principio como ajardinados y en la segunda parte transformados en tres puertas practicables de un rico salón palaciego. El adecuado vestuario de la época barroca realzó bastante la buena caracterización de cada personaje, bien dirigidos y ubicados por el veterano director extremeño Paco Carrillo, que salió al final, con su pletórico elenco para recibir los muchos y calurosos aplausos, con reiterados bravos, que apagaron algo la coreografía final con una canción cuyo estribillo repetía el título de la obra Entre bobos anda el juego. Muy enhorabuena.