Operación salida de julio. Una estación de servicio de una autovía cualquiera no tiene potencia suficiente para instalar más de dos electrolineras. Sabe que no serán suficientes para los vehículos eléctricos que pedirán recargar sus baterías. No puede cambiar el transformador, ni mucho menos la línea. Pero en poco tiempo podría solicitar un WOW, o dos, o tres.... Son las siglas de ‘Wenea on Wheels’, el prototipo de cargador móvil para vehículos eléctricos que desarrolla la Escuela Politécnica en el campus cacereño. No se trata solo de un conjunto de baterías de litio, sino de un sistema interconectado con control inteligente y carga rápida, que será una solución por ejemplo para eventos que reúnen a numeroso público (por ejemplo Womad o Extremúsika).

Y es que el coche eléctrico sigue con una demanda baja en el mercado debido a las dificultades para encontrar una electrolinera en condiciones que no obligue a estar más de 20 o 30 minutos cargando las baterías. Hay tan pocas que los usuarios las reservan previamente por app, lo que les obliga a programar viajes demasiado estancos. Por ello se tiende a construir cargadores cada vez más rápidos que abran el futuro al coche eléctrico. El WOW de la Politécnica es una alternativa práctica, una contribución realmente novedosa

La avanzadilla tecnológica

Wenea es una empresa que ofrece soluciones de carga rápida en carretera y en ciudad. Forma parte del mismo grupo de Gamma Solutions, con sede en el Parque Científico y Tecnológico de Cáceres. Precisamente, Gamma es la encargada de coordinar las pruebas del 5G en Extremadura, concretamente el ‘Piloto 5G en la ciudad de Cáceres’, uno de los grandes proyectos públicos nacionales que tienen la misión de demostrar con experiencias reales la valía del 5G (la quinta generación de las tecnologías de comunicación inalámbrica, que nos permitirá conectarnos desde cualquier sitio con más rapidez y calidad). 

Pues bien, varios grupos de investigación de la Politécnica están desarrollando una parte de ese piloto 5G, y el WOW es uno de sus prototipos. Formado por componentes que ya existían en el mercado, ha sido entregado a la facultad por la empresa Wenea, y ahora los investigadores introducirán sucesivas mejoras e innovaciones tanto en los componentes como en el sistema de gestión de la energía, hasta conseguir el WOW 2.0, un cargador móvil de vehículos lo más eficiente posible. «Lo hemos instalado, puesto en marcha, actualizado e implementado. Ya hemos estudiado los defectos, los pros y los contras. Entre otros avances, queremos conseguir la disminución del peso, el rediseño del centro de gravedad, una mayor rapidez en el traslado...», indica José María Ceballos, profesor e investigador de la Politécnica y responsable de esta iniciativa.

Las entrañas de WOW

El equipo puede recibir energía de la red general y de las placas fotovoltaicas que la propia facultad ha instalado ya en una cubierta muy próxima. Está formado por 27 módulos de baterías de litio, todas ellas intercomunicadas tanto energéticamente como en datos. «Los módulos, que trabajan en serie, se reparten en columnas, que trabajan en paralelo. El WOW produce en total 150 kWh, suficientes para cargar dos o tres coches eléctricos a la vez», detalla José María Ceballos. El EMS es el cerebro que controla el estado de las baterías y todo se gestiona desde una web. Los cargadores aumentarán su potencia a medida que se mejore el prototipo. Son de corriente continua y se incorporará otro de corriente alterna, según especifica Bruno Pérez, ingeniero de Telecomunicaciones a cargo del proyecto.

Estas aportaciones permitirán que el WOW no solo sea un punto de almacenamiento y carga de energía, sino que además puede tener otros usos: «Si logramos conectarlo a la red eléctrica, podemos hacer un sistema de ‘peak shaving’, es decir, utilizar esa energía almacenada para solventar las interrupciones e impurezas de las ondas que provocan un mal funcionamiento de los aparatos eléctricos y la pérdida de eficiencia de la propia red, logrando una energía más eficiente», explica José María Ceballos.

Además, el prototipo tiene la capacidad de ejercer un efecto de laminación, es decir, de liberar mucha energía de golpe y reducir por ejemplo los ciclos de carga de un vehículo que recibe electricidad de forma más lenta conectado a la red. «Hablamos de un ‘silo’ de energía disponible para entregar de inmediato cuando sea preciso», matiza.

La cooperación es clave

«En definitiva, proyectos que dejan claras las ventajas de la colaboración público-privada, un camino que seguimos en la facultad con otras investigaciones y que realmente resulta fructífero», subraya el director de la Politécnica, Jesús Torrecilla. Concretamente, con WOW se trabaja desde la cátedra de Gamma, dentro del Grupo de Investigación Benito Mahedero, con la participación de investigadores de otros grupos de Telecomunicaciones y Materia de la propia Politécnica.  

Así es la ‘smart grids’ de la facultad cacereña

...Y todo dentro de una red inteligente

El cargador móvil para vehículos eléctricos constituye en realidad uno de los pilares de la ‘smart grids’ o red energética inteligente, que está poniendo en marcha la Politécnica dentro de los proyectos para el desarrollo del 5G, coordinados por la firma Gamma Soluctions. 

¿En qué consiste? En crear una red donde las fuentes productoras de energía y sus consumidores estén interconectados, y además lo hagan a través del ancho de banda del 5G. Y es que la sociedad está pasando de un modelo con grandes productores que distribuyen la energía entre muchos consumidores, a modelos más pequeños, cercanos y sostenibles que permiten un reparto inteligente según se vaya necesitando para unos u otros usos, buscando además el ahorro en todos los sentidos. Requiere cruzar millones de datos, de ahí la conveniencia del 5G, y además entra en juego la posibilidad de utilizar energía almacenada.

Así, la Politécnica está gestando su propia ‘smart grids’ con varios puntos de generación eléctrica: las 48 fotovoltaicas en cubierta (10 kWh), un futuro aerogenerador de 3 kW de potencia, y un sistema hidráulico que aprovecha la presión del agua para generar electricidad mediante microturbinas. Esa energía llega a los edificios (su consumo también está controlado), al cargador de vehículos y a un proyecto de coches autónomos. El sistema, al ser inteligente, gestiona de qué fuente toma la energía y a dónde la lleva en cada momento. 

Crean un prototipo para medir cargas en la ronda Este

También la Politécnica ha tenido mucho que ver en las pruebas de carga del viaducto de Valdeflores (300 metros de longitud), situado en la recién inaugurada ronda Este. El ingeniero de Teleco Bruno Pérez, del Grupo de Investigación Benito Mahedero, ha diseñado un detector de aceleraciones que solo necesita el pase un camión sobre un tablón para medir la vibración. Se han colocado siete de estos prototipos en cada vano del viaducto, y los resultados se han comparado con los del octavo vano, en el que sí se han colocado cuatro camiones cargados con 40.000 kilos. El acelerómetro ha permitido ahorrar días de prueba y dinero (el coste de cada dispositivo ronda los 30 €).