El secretario general de la Consejería de Educación de la Junta, Francisco Javier Amaya, ha anunciado este miércoles que a partir del jueves 16 de septiembre ningún alumno que deba llevar mascarilla entrará en un centro educativo sostenido con fondos públicos sin esta protección. Con esta decisión se zanja desde la administración lo ocurrido en los últimos días en el colegio de educación Infantil y Primaria Alba Plata de Cáceres. Las dos hermanas, que no han llevado mascarilla al colegio porque su familia ha decidido que no acudan a clase con esta protección, solo podrán entrar en el centro educativo si llevan la mascarilla.

La excepción de la decisión que anunció el secretario general de la consejería es que «por algún tipo de patología quedase justificado medicamente» que no deben llevar la mascarilla. Este no es el caso de las dos escolares del Alba Plata. Las dos niñas son antiguas alumnas del colegio, aunque el pasado curso no estuvieron en el centro escolar cacereño, según Patricia Rodríguez, que este miércoles actuó como portavoz de los docentes del colegio Alba Plata 

Si la familia decide que vayan a clase con esta protección, podrán entrar en el aula y sentarse con el resto de sus compañeros. Si, por contra, mantiene la misma decisión que hasta ahora, la atención educativa que recibirán será «desde su casas», apuntó Amaya. No será la misma atención que se le da a un alumno que se ha tenido que ausentar por una enfermedad o que está obligado a quedarse en casa por una cuarentena, sino que será el centro escolar el que decidirá a partir de ahora cómo se garantiza el derecho de las niñas a recibir la educación. Las hermanas estudian 3 y 5 de Primaria.

Las niñas «van a recibir la atención educativa que necesiten, pero eso no significa que vayan a tener esa atención en el mismo horario lectivo (…) no estamos ante alumnos vulnerables, estamos ante una decisión de la familia», explicó Amaya, que compareció de urgencia por la proyección mediática que ha adquirido este asunto.

Lo que establece la consejería en su resolución de este miércoles es que si la familia persiste en su decisión de que no acudan con mascarilla, recibirán en su domicilio la atención educativa y el centro tendrá que garantizar el seguimiento de la misma. El colegio Alba Plata es el que decidirá cómo. La administración autonómica no obligará al centro escolar a que sea la misma atención que se presta a un alumno que esté pasando una cuarenta. Amaya insistió en que recibirán una atención «que nos permita mantener el seguimiento –de las dos alumnas-, ningún niño puede quedarse descolgado del sistema educativo».

En el centro aún no se han decidido cómo será esa atención. En ningún caso podrá ser online o telemática porque el centro educativo cacereño no cuenta con internet, según precisaron fuentes del colegio y corroboraron en la Ampa. La resolución de la Consejería de Educación se comunicó a la madre de las dos niñas y a su pareja. Al menos hasta este miércoles por la tarde aún no se habían dirigido al centro educativo para comunicar si mantenían su decisión de que las niñas fueran sin mascarilla o si la habían cambiado, según precisaron fuentes del colegio a las siete de la tarde.

La madre de las dos niñas y su pareja, este miércoles, en la puerta del colegio. Silvia Sánchez Fernández

Este diario contactó ayer al mediodía con la madre de las niñas y su pareja para conocer su opinión y versión de lo que está ocurriendo. Comunicaron que no quieren pronunciarse en los medios de comunicación. Según han comentado en los últimos días otros padres, la pareja son negacionistas. Este miércoles, a preguntas de este diario, no entraron a realizar ninguna manifestación sobre los motivos de su decisión.

 En este asunto ha habido desde el principio un conflicto entre el derecho a la educación y el derecho a la salud. Amaya aseguró que prevalece «el derecho a la salud». Ypreguntado tras su comparecencia sobre si la administración educativa tomará alguna decisión por la actitud de la familia, el secretario general de la consejería de Educación aseguró que se ha puesto el caso en manos de la Abogacía de la Junta, «que tomará las decisiones oportunas».

Amaya explicó los acuerdos que se han ido tomando en los últimos días. Primero se optó, tras contactar con la Consejería de Sanidad, que «prevaleciera el derecho a la educación sin descuidar el derecho a la salud pública», por lo que se instó a la dirección del colegio a que se extremasen otras medidas de seguridad, como mayor ventilación y distancia y lavarse las manos con más frecuencia.

Después se intentó mediar con las familias, la de las dos niñas insistió en que las hermanas «no van a utilizar la mascarilla», comentó Amaya. Luego, que fue lo que se hizo el martes, se acordó que las dos niñas recibieran la atención educativa en un aula distinta y separadas del resto de alumnos. Esta decisión provocó el martes y la mañana del miércoles el rechazo de la Asociación de Madres y Padres del Alumnos del centro, de los maestros del colegio y de los sindicatos de enseñanza. 

Al final se decidió exigir el uso de la mascarilla para, entre otros motivos, «proteger la salud de todos los miembros de la comunidad educativa», precisó Amaya, quien añadió que en este conflicto entre los derechos que tienen las dos niñas, la familia es la que «está decidiendo por la salud de las niñas y por tanto también está decidiendo por el derecho a su educación».   

Maestros se manifestaron ayer a las puertas del centro. Silvia Sánchez Fernández

La comparecencia de este miércoles de Amaya se produjo de hecho solo unas horas después de la manifestación que los profesores del centro realizaron a primera hora de la mañana delante del colegio. Una de las maestras, Patricia Rodríguez, leyó un comunicado en el que se anunciaba que el claustro por unanimidad había adoptado la decisión de no impartir clases a las dos alumnas si acudían al centro sin la mascarilla. Era la respuesta a la decisión del martes de la Junta de que las dos niñas recibieran clase ellas solas en un aula del centro escolar y sin compartir la clase con el resto de sus compañeras.

«Nosotros, los docentes, nos negamos a entrar a dar clase de manera individual a las niñas porque nos estamos exponiendo nosotros y a nuestros grupos burbujas –en las aulas del colegio- y familiares al virus», precisó la maestra que la mañana del miércoles hizo de portavoz de sus compañeros.

Parte de la directiva de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos del colegio, Leticia Rubio, Vanesa Zancada y Ana María Sánchez, demandaron este miércoles que se cumpla la norma que obliga a los niños mayores de seis años a que lleven la mascarilla y recordaron como los niños «que no tienen que llevar la mascarilla -los menores de seis años- la llevan por respeto a los demás», apuntó Rubio.

Por su parte, el rector de la Universidad de Extremadura (UEx), Antonio Hidalgo, recordó este miércoles que el uso de la mascarilla en las aulas universitarias es obligatorio y no llevarla puesta supondría «automáticamente» la expulsión del alumno del centro, según las declaraciones recogidas por la agencia Europa Press. «Se le expulsaría», contestó el rector al ser preguntado sobre qué pasaría si un alumno no cumpliera esta medida de seguridad frente al covid. En declaraciones a los medios de información, recogidas por la agencia de noticias, comentó que en la universidad todos son adultos y los estudiantes, por muy jóvenes que sean, cumplen la mayoría de edad antes de finalizar el año, por lo que «todos somos responsables y estamos obligados a la norma», afirmó.