Intento imaginarme cual sería mi estado de ánimo, si alguien me dijera: “Antonio, tienes quince minutos, para sacar de tu casa lo que puedas, porque te vas a quedar sin ella”. Dicha noticia me produciría tal estado de tensión, de angustia, de ansiedad y de pánico que no sé si podría hacer algo. Con la ayuda de algún familiar lograría salvar alguna cosa, pero no quiero ni imaginármelo.

Esta situación es la que están viviendo los habitantes de una de las islas canarias, toda una vida queda sepultada bajo la lava de un volcán de una forma irreparable, ¿puede haber una situación mas desesperante? Puede ser, pero es difícil.

A día de hoy 6000 personas lo han perdido todo, las autoridades tienen que estar a la altura, esta gente necesita actuaciones urgentes ya, no pueden esperar. Cuidado con las promesas iniciales, las mismas solo son eficaces si se realizan; alguna que otra vez quizá demasiadas, el tiempo hace que muchas queden en el olvido. 

Las imágenes de televisión que estamos viendo, puede parecernos que son imposibles que sucedan en nuestro país, bueno, pues a pesar de esta extrañeza, lo que vemos sucede casi a la vuelta de la esquina de nuestra casa. 

Por si teníamos poco en estos cerca de dos años malditos, la catástrofe de la isla de La Palma, es la demostración que si algo va mal, falta poco para que vaya peor. El pesimismo y el espíritu negativo puede comenzar a envolvernos, y eso no es una buena solución. 

Las noticias de la pandemia van siendo cada día un poco mejores, se está comenzado a recuperar la normalidad, pero te queda un no se qué, que te impide creértelo del todo. ¿Hasta cunado seguiremos así?, no lo sabemos, el deseado tratamiento para la enfermedad no acaba de llegar, y ver la cifras de muertos diarios (otra vez personas de edad avanzada) hace que no estemos tranquilos.

La situación en la calle, es diferente; los colegios han comenzado el curso escolar con mas optimismo que hace un año, pero no te puedes relajar del todo, ya no se las olas que van, puede ser que sigan viniendo, pero no con el riesgo general de las anteriores, y eso es una buena noticia. 

Mucho ánimo para todos a la hora de comenzar el nuevo curso, la ciudad está en ferias, a San Miguel la noticia le habrá cogido de sorpresa, pero habrá recordado viejos tiempos, que tampoco está mal de vez en cuando. ¡¡Buen curso!!