Qué desastre

Cuando Cáritas Española presenta el informa Foessa, siempre vuelvo La Mirada al mismo. En él, lo políticamente correcto se deja al lado, y se describe la realidad como es, sin remilgos y sin vergüenza. Y es que no puede ser de otra manera, si tú quieres aportar soluciones correctas a estas situaciones tan problemáticas, tienes que ser consciente de lo que pasa. Y si no lo eres, sabiéndolo, es mucho peor, porque entonces es que buscas intereses totalmente inconfesables. 

Es que no puedo evitar que se me vengan a la memoria, cuando en aquel tiempo en el que se previa que la pandemia tocaba a su fin, se nos ponía delante continuamente el lema 'de esta salimos mas fuertes'. Ya, ya, ¿salimos mas fuertes?, ¿quién? o ¿quiénes?

La fundación Foessa (Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada), es una institución (creada en 1965) privada y sin ánimo de lucro, de ámbito estatal, fundada por Caritas Española. Sus objetivos son: servir al conocimiento de la realidad social de España, ser referente estable y continuado en el ámbito de la exclusión y ofrecer siempre un espacio de encuentro. Sus cuentas son auditadas cada año por auditores externos. 

Bien, pues hace unos días, dicha fundación, ha presentado el informe titulado “Evolución de la cohesión social y consecuencias de la covid-19 en España”. Sus conclusiones pueden ser consultadas fácilmente en Internet. La lectura de las mismas son de nuevo un toque de atención a nuestras conciencias. 

Comienzan su trabajo manifestando una realidad incontestable: «vivimos en un mundo que sostiene y naturaliza el sufrimiento de las situaciones de pobreza, situación que produce exclusión para millones de personas. Exclusión que genera desigualdad, donde quien se ha quedado fuera tiene casi imposible volver a entrar». «El número total de excluidos se ha disparado hasta los 11 millones de personas”. Durante la crisis, la situación de que el sustentador del hogar se encuentre en paro de larga duración ha alcanzado a 800.000 familias y el desempleo total familiar, casi se ha duplicado, es decir «hay casi dos millones de núcleos familiares donde todas las personas activas están en paro». Un tercio de estos hogares, más de 600.000 familias, carecen de algún tipo de ingreso periódico, predecible, que permita una cierta estabilidad y capacidad de generar proyectos vitales». ¿Qué podemos hacer ante esto? Ahí os lo dejo. Lo que tengo claro es que no valen las soluciones demagógicas o las medidas que solo sirven para generar titulares periodísticos que se lleva el viento.