En el año 2011 Stradivarius, la marca del grupo Inditex, volvió a darle vida comercial a la Cruz ocupando el local de 800 metros cuadrados que tuvo el BBVA pero que en origen, en toda su manzana, fue el Parador del Carmen. Ese parador era la parada y fonda de Cáceres. Parada porque hasta él llegaban bestias de carga y autobuses; fonda porque en él se hospedaban viajeros de ida y vuelta en una ciudad que precisamente empezaba y acababa en ese lugar, situado a los pies de la Cruz de los Caídos, donde hoy se levantan el Edificio El Carmen y una sucursal de Liberbank.

Antes de la guerra, el parador lo llevaron las Viñegras y luego Pedro Palomino, un señor al que se le cayó una hija de un caballo. Los médicos la escayolaron pero la niña no evolucionaba, así que Palomino, siguiendo los consejos de la sabiduría popular, acudió a la señora Saturia, una mujer muy famosa casada con un ferroviario que vivía en las casillas de Renfe cuando la estación de trenes ya estaba en Los Fratres.

El Parador del Carmen era, entre otras cosas, el lugar donde llegaba el correo, pero especialmente un punto fácil para el contrabando en una ciudad donde se pasaba hambre y donde para la gente eran fundamentales víveres como el café o las legumbres que siempre venían mucho más baratas desde Portugal.

El edificio tuvo su mayor esplendor en los años en que empezaron a entrar en Cáceres los primeros coches de línea. Antes de eso, el modo de transporte era el burro, y las posadas más famosas eran las del Camino Llano y La Machacona, que disponían de cuadras para guardar las bestias, pero que comenzaron a decaer con la aparición del autobús.

El Carmen, a pocos pasos del Bar Aviación que lo llevaba Anacleto, era sin embargo, todo un centro logístico. Por ejemplo: podían guardarse los animales en las cuadras, que estaban en Ronda del Carmen, donde estuvo el bar Oasis y ahora está Telepizza. A las puertas de esas cuadras siempre se agolpaban los niños, que pedían permiso a Palomino y entraban en ellas en busca de los cientos de pájaros que campaban a sus anchas en los establos.

Pero en El Carmen también podían aparcarse los autobuses y además tenía posada y un bar con mesas de madera donde servían comidas. Así que aquello no tardó en convertirse en el lugar al que llegaban todos los coches de línea: Victoriano Caballero y Carrión hacían la ruta Montánchez-Cáceres, Mirat la zona norte, y más adelante se impuso Auto Res. Luego estaban otras compañías, como la de los Hermanos Blanco, que iba a Los Cuatro Lugares.

En el parador se daban cita muchos negocios como el taller de Joaquín, que también niquelaba, o la churrería Ruiz, que tenía un quiosco de chapa verde y que llevaban Juana y su marido. Y luego estaban los maleteros, que tenían carro y vara y que aguardaban la llegada de los viajeros para cargarles el equipaje y acompañarlos a los hoteles de la época como el Toledo o el Álvarez. Los maleteros más célebres fueron Andrés Gibello, que era uno de los hombres de confianza de Mirat, Zacarías, Coronel, Eustaquio, Gabriel...

De alguna manera la llegada de Stradivarius volvió a dar brío comercial a la Cruz. El martes cerró definitivamente y hoy los operarios se llevaban los últimos percheros y estanterías que durante tanto tiempo han llenado de moda el final de la avenida de España.

Los operarios se llevaban hoy enseres de la tienda de la avenida de España. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

Una de sus empleadas rememoraba este tiempo, marcado de alegría, dedicación, anécdotas como las colas interminables en rebajas el primer año de la pandemia... Inditex, el grupo de Amancio Ortega, ha decidido mantener solo la tienda del Ruta de la Plata que abrió en 2015. «Nos da mucha pena, pero el grupo ha decidido desprenderse de las tiendas de calle. Esta iba bien. Teníamos mucha clientela de una franja de edad muy amplia. Es cierto que el covid y la venta online también nos ha afectado».

Massimo Dutti. Está previsto que hoy también eche el cierre. CACERES. TIENDA MASSIMO DUTTI EN EL CENTRO COMERCIAL RUTA DE LA PLATA

Emocionada aseguraba que hay empleados que llevaban desde los inicios y que cuando ella y sus siete compañeros bajaron la persiana el martes no podían parar de llorar. Mañana le tocará a Massimo Dutti, también de Inditex, que abrió en 2012 en el centro comercial y que también echará el cierre. Entre ambos establecimientos hay una veintena de trabajadores afectados. La mayoría han podido ser reubicados, otros no, y algunos han decidido marcharse.

Negocios cerrados: cerrojazos a la alegría