Este año (en julio) se cumplen seis desde que el Teatro Principal, que fue joya arquitectónica del siglo XIX, el primer teatro que tuvo la ciudad de Cáceres, pasara al fin a manos del ayuntamiento. Fue entonces una gran noticia que se ha quedado en punto muerto porque aunque la Comisión de Urbanismo diera aquel verano luz verde a la recuperación definitiva de la titularidad del edificio, situado en la plaza de las Canterías, propiedad de los hermanos Alonso, a cambio de una permuta en la calle Reyes Huertas, el Principal no se ha tocado.

Los trámites para recuperar el Teatro Principal se remontan a la legislatura de José María Saponi cuando en 2004 los entonces concejales socialistas Carmen Heras, Miguel Hurtado y Francisco Acedo comienzan a trabajar en su reclamación. Posteriormente, con Heras alcaldesa, la iniciativa de la permuta se incluye en el Plan General Municipal y durante el mandato de Elena Nevado cuando ve definitivamente sus frutos.

El Teatro Principal --porque desde 2016 lo recoge la ley--, deberá destinarse a equipamiento cultural. El edificio se encuentra en una situación de importante deterioro y ahí sigue este espacio que el 5 de diciembre de 1798 promueve Ventura Carlés y Busquet, comerciante de origen catalán, que pidió al ayuntamiento edificar a sus expensas en casas de su propiedad, situadas en las calles de Peña y de Los Peces (hoy plazuela de Las Canterías), un patio de comedias y el privilegio de que nadie más pudiese fabricar otro análogo.

Como era persona adinerada (su familia se conocía en Cáceres como Los Catalanes) ofrecía mayores garantías de que la empresa saldría adelante, y se accedió a lo que solicitaba. En noviembre de 1801 se terminaron las obras, presentando el teatro un aspecto no sólo decente sino hasta lujoso, dadas las exigencias de los espectadores de aquellos días y las necesidades de la escena.

El primero de junio de 1802 tuvo lugar la inauguración de la nueva sala. Este teatro, el primero en un local creado para tal fin en la ciudad, permaneció sin nombre concreto hasta 1885, año en que abrió sus puertas el siguiente teatro, que se denominó Variedades; ante esta competencia el ya viejo teatro de la calle Peña pasó a llamarse teatro Principal debido a su veteranía, según recoge el libro «El Teatro en Cáceres. Archivos y Documentación», publicado por Fernando Jiménez Berrocal y David Narganes.

Por el Principal desfilaron cientos de compañías hasta que en 1923 lo compró Pedro Segura Sáenz, el que fuera obispo de Coria, quien lo transformó en una sala de proyecciones y posteriormente, a partir de la década de los 40, sirvió como sede de la célebre Panadería de La Romualda. Su telón bajó y jamás ha vuelto a subir. 

En la Ronda del Carmen

La primera planta del edificio del mercado de la Ronda del Carmen sigue vacía. El ayuntamiento ha mantenido reuniones con empresas «pero de momento no hay ninguna oferta interesante encima de la mesa», dijo el consistorio, que indicó: «Cuando haya una oferta que pueda ser interesante y se pueda adaptar se sacará a licitación», añadieron las mismas fuentes municipales Y es que la zona sigue sin licitar tras numerosos intentos fallidos en los que la adjudicación ha quedado desierta y se han tenido que ajustar los pliegos para atraer empresarios interesados en explorar el espacio como establecimiento hostelero, de ocio y cultura.

Imagen del mercado de la Ronda del Carmen cuya primera planta sigue sin licitar. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

El proyecto de explotación tras la remodelación del mercado, que se remonta a la legislatura de Monago y que tuvo un coste de un millón de euros, se ha encontrado con numerosos escollos, ya que la adjudicación de los puestos de la primera planta ha quedado desierta hasta en tres ocasiones. La planta baja sí ha llegado a completar la adjudicación de sus 18 puestos (donde se venden productos frescos), aunque hay rotación porque se ha producido algún cierre por jubilación.

En verano el objetivo era que la planta alta estuviese en marcha en octubre. Entonces se dijo que habría que sortear la oposición vecinal por el horario de cierre. Sigue parado. La edil de Comercio, Marian Costa, hizo entonces alusión a que en la planta de arriba hubo una serie de propuestas que se vieron paralizadas por el estado de alarma, pero que se han vuelto a reactivar.

La intención es adjudicar por concurso ese espacio a una sola empresa, en lugar de tener que lidiar con varias adjudicaciones por módulos, según informó el consistorio. «Estamos pendientes de sacar la licitación porque hay interesados, pero los plazos legales son los que son», recalcó en ese momento. El canon anual, que se ha vuelto revisar, asciende a alrededor de 15.000 euros anuales para la primera planta, que estará enfocada a hostelería, ocio y cultura, por lo que «se han revisado los pliegos para ajustarlos en este sentido». Además, para atraer proyectos, se ha ofrecido este local al programa «Cáceres Impulsa» de la Cámara de Comercio en colaboración con la Diputación, para que las empresas que quieran emprender puedan ubicarse allí.

Cuando el ayuntamiento apostó por la reforma de estas instalaciones descartó las dos propuestas constructivas de mayor envergadura que realizó el equipo de arquitectos que redactó el proyecto básico de la actuación: una pasarela exterior para mejorar la conexión del mercado municipal con el entorno de Cánovas, a través de las escaleras que unen la plaza del mercado con León Leal, y un aparcamiento subterráneo bajo el edificio y la plaza delantera, en el espacio que ocupa el sótano del mercado. Las escaleras que unen León Leal con la parte trasera del mercado, y que son uno de sus accesos principales presentan una imagen vergonzosa. Están llenas de pintadas, micciones y suciedad.