El Periódico Extremadura

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la capital celebra esta semana un abanico de actos para celebrar y reivindicar la diversidad

Un Orgullo de barrio

Un momento previo a la marcha del Orgullo en Cáceres, este sábado. CarlaGraw

Las banderas que importan son las que incluyen. Las que abrazan. Las que lo único que enarbolan es la libertad de ser. Todas ellas ondean en Cáceres. La arcoíris, la trans, la lésbica, la bisexual, la asexual, la pansexual. Toda una ciudad las tremola como preludio del Orgullo que celebramos hoy. Un Orgullo sobre el que hay que recordar que no es solo por amar, es por ser. El Orgullo es la identidad. Un Orgullo sobre el que hay que recordar que debe ser interseccional. El Orgullo no debe dejar a nadie fuera. A nadie. 

Atrás queda una semana de actos con San Blas como epicentro, una elección más que simbólica porque pocos barrios encarnan como este ese acercamiento entre lo que es popular y tradicional y el presente que se abre paso. Una avenida atestada de público acompañó a la gala del sábado tras una marcha, también numerosa, que recorrió el centro. Al fondo, un escenario y el aprendizaje más valioso, el de la diversidad. Porque se puede celebrar y reivindicar a la vez. Ambos quehaceres son compatibles por mucho que otros se empeñen en lo contrario. 

Completó este acto central un abanico que ha repartido esta última semana charlas, muestras y los talleres infantiles conducidos por Femurosa. Femurosa, siempre maestra de ceremonias. Lo más representativo de toda la programación es que trasciende a las generaciones, desde la Z, la última, con una diversidad tan interiorizada que genera envidia y orgullo, hasta todas las anteriores, las que tan a menudo han puesto el cuerpo para que la de hoy sea una realidad posible. 

Importante recalcar cuando hoy ya sea mañana que este alarde de diversidad necesario no debe ceñirse exclusivamente a la burbuja de una fecha. Hay que recordar que Cáceres en los últimos años ha encabezado la cifra de agresiones por LGBTIfobia de Extremadura. De hecho, esta última semana el juzgado ha condenado a un agresor en una sentencia pionera que ha luchado Fundación Triángulo. Lo importante es que a esa condena en los juzgados le acompañe una reacción de condena social generalizada. No hay cabida para la homofobia, lesbofobia, bifobia ni transfobia. En ninguna de sus formas. Que quede claro. Feliz Orgullo.

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