¿Una exposición contra la pederastia en Almoharín?

Polémica sobre polémica. Después de que esta última semana el nombramiento de un cura condenado por pornografía infantil como párroco de Almoharín y Valdemorales abriera un intenso debate público, la brecha se alimenta de un nuevo episodio a modo de anécdota. 

Polémica tras nombrar a un cura condenado por pornografía infantil como sacerdote en dos parroquias de Cáceres

Este capítulo ha sido protagonizado por el artista Abel Azcona, conocido por denunciar abusos sexuales en la Iglesia, y un anuncio en redes en el que hace alusión a que el ayuntamiento de Almoharín le ha pedido que expusiera su obra contra la pederastia en la localidad, un extremo que ha sido desmentido de forma rotunda por el consistorio. «No hemos hablado con él, no le conocemos», ha respondido la alcaldesa Antonia Molina sobre este asunto, que además ha lamentado que se «use la mentira» en una situación tan «sensible como esta».

En el tuit, el artista hace mención también a que existe «una movilización de todo el pueblo» contra la designación del sacerdote. Este diario intentó contactar sin éxito con el artista, que no atendió las llamadas. 

Hace tres años, Azcona protagonizó un episodio mediático cuando firmó una performance en la que escribió la palabra pederastia con hostias consagradas. Entonces fue denunciado por Abogados Cristianos por ofensa a los sentimientos religiosos y el Tribunal Superior de Justicia de Navarra le citó a declarar como investigado aunque finalmente la causa fue archivada. 

De manera paralela a la nueva capa que suma el asunto, ambas localidades ya han precisado, tal y como publicó este diario, que aclararán la situación del cura la próxima semana, cuando el obispo de la Diócesis de Coria-Cáceres, Jesús Pulido, regrese de su viaje a Roma. 

El debate público se inició este sábado cuando la información del nombramiento de Lajas fue publicada en El País. Durante el verano, el cura ya ha participado en actos religiosos en ambas localidades. De hecho, sigue ejerciendo como sacerdote en un clima de «inquietud» y «preocupación» vecinal.

Después de que trascendiera el asunto, la diócesis se hizo eco a través de un comunicado en el que defendió que el párroco es «apto» y «rehabilitado». Fue detenido en una macrooperación contra la pornografía infantil y condenado a 16 meses de prisión por corrupción de menores en 2004. Siguió ejerciendo en el cargo en distintos pueblos hasta que fue apartado en 2015.

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