Hace años que, cuando corre por Cáceres, escucha en tono divertido eso de «¿Cómo corres tanto?». Pero, ¿por qué no hacerlo si sus piernas y su espíritu aún tienen mucho más que dar? El cacereño Antonio Martín guarda en su interior una voluntad de hierro curtida a base de kilómetros. Él es una de las voces de la experiencia de las citas populares de larga y media distancia de toda Extremadura, incluso a nivel nacional e internacional. No nació con las zapatillas puestas, aunque ahora es incapaz de quitárselas. Empezó en torno a los 36 años y tiene 59. «Fue gracias a mi perrita Nube y a raíz de que le detectaran a mi hijo (David) diabetes. Llevo más de 23 años corriendo. Y no quiero parar. Me hace muy feliz», explica este deportista.

Martín ha participado en 31 maratones (Berlín, Lisboa, Roma, Madrid, Málaga...) y en numerosas medias maratones por toda España. Además, no se trata de un atleta ‘amateur’ cualquiera. El experimentado corredor es uno de los pioneros y fundadores del Club Maratón Cáceres. Pero, ¿qué es lo que siente cada vez que se viste de corto? «Pues algo muy gratificante y placentero. Correr me hace sentir maravillosamente bien y libre. Genera endorfinas. Y el cuerpo te pide más y más. Es una adicción que te reporta muchísima salud», subraya este amante del ejercicio físico.

Y es que Antonio sabe muy bien de lo que habla. ¿Qué es lo que engancha del ‘running’? «Entras en un círculo de amigos y empiezas un deporte en el que puedes ir superándote. Los compañeros te motivan a entrenar e intentar mejorar, sobre todo, cuando piensas: No puedo más o quién me mandaría a mí meterme en esto», expresa.

Es otra de sus grandes aficiones, hacer barcos. LORENZO CORDERO

Más de media vida practicando deporte casi a diario, y compaginándolo igualmente con un estilo de vida lo más saludable posible y el trabajo (cartero, vendedor de materiales de construcción y empleado de la banca); sin duda, las claves de su éxito personal: «Yo corría cuatro o cinco veces por semana. Solía hacer entre 75 y 80 kilómetros. Actualmente salgo solo dos o tres. Unos días realizo 10, otros 12, y otros 15... Se va notando la edad, los años no perdonan, pero yo sigo ahí y voy a seguir hasta que el cuerpo aguante», indica, contundente y con una gran sonrisa.

Una rutina que le llena de vitalidad y que sirve como ejemplo de que la edad no tiene por qué ser una excusa: «Animo a todo el mundo a empezar a correr tenga la edad que tenga, primero andando o trotando poco a poco y cuando te vayas sintiendo bien, subiendo cada vez más los kilómetros; merece la pena», cuenta.

Y eso que en el atletismo no queda la cosa. Consigue crear impresionantes maquetas de barcos, con la ayuda de las instrucciones que vienen en los fascículos. «La verdad es que los barcos no han quedado nada mal, aunque para ello me lleve varios meses en terminarlos. Las voy haciendo en mis ratos libres porque me distrae y también me relaja. Es un pasatiempo muy meticuloso», finaliza. A Antonio le quedan muchas tiradas.