El Ministerio de Transportes y Movilidad le ha pedido al ayuntamiento que le devuelva 844.600 euros. La parte que ha puesto para la financiación de la restauración del tramo de la muralla del adarve del padre Rosalío y de la calle Puerta de Mérida. Esta reclamación no obedece a una cuestión patrimonial, que podía ser lo normal en un bien de interés cultural, sino estrictamente administrativa. El ministerio interpreta que se han realizado cambios sustanciales en el proyecto inicial que fue el que se tuvo en cuenta para la concesión de la ayuda. Para el ministerio, la aceptación del proyecto modificado supondría un agravio comparativo frente a los proyectos de otras ciudades presentadas para beneficiarse del 1,5% cultural, porcentaje que el ministerio dedica a obras de rehabilitación del patrimonio.

La decisión, conocida este martes, sorprendió al gobierno municipal. No solo porque esas modificaciones se consideran que son solo ajustes y no variaciones sustanciales, sino además porque esos cambios en el proyecto se hacen tras el análisis de las consideraciones surgidas en el seno de la Comisión Provincial de Patrimonio, el órgano competente en velar por la preservación de la muralla y del resto de bienes patrimonio de la ciudad.

La retirada de la ayuda no es definitiva, aún cabe que el ayuntamiento presente las observaciones y justificaciones pertinentes. El alcalde, Luis Salaya, aseguró que se explicará al ministerio que las modificaciones hechas no han sido sustanciales, sino solo las motivadas por las observaciones realizadas por la comisión de Patrimonio, como, citó a modo de ejemplo, la eliminación de un ascensor que se iba a instalar en el adarve del padre Rosalío para acceder a un tramo de la muralla. El regidor confió en el cambio de criterio del ministerio y. no obstante, apuntó que la obra no se para y que se mantiene la fecha de inicio del 10 de octubre. Si finalmente no hay aportación estatal, el ayuntamiento afrontaría el coste total de las obras, adjudicada en 1.003.000 euros, y pleitearía con el ministerio para recuperar la aportación del Estado.

El proceso seguido hasta aquí ha sido un poco rocambolesco. El ayuntamiento, por cumplir las indicaciones de patrimonio para garantizar la preservación de la muralla, se puede encontrar con la pérdida de una subvención que financiaba el 70% de la restauración.

En junio de 2021, el consistorio presenta en el ministerio una resolución de la Consejería de Cultura que autorizaba el proyecto de la muralla, aunque con la observación de que constituía un primer y necesario análisis que debía ser continuado. Tres meses después, el ministerio responde al consistorio que si durante la obra se tuviera que hacer un modificado del proyecto (práctica para inflar los presupuestos) no aportaba su financiación. En diciembre, el ministerio concedió a Cáceres 844.624 euros, su parte de la cofinanciación, que es el 70% del presupuesto de licitación (1.206.606 euros).

Hasta aquí todo bien. Pero en junio de 2022 el ayuntamiento informó al ministerio de que se había tenido que hacer una modificación puntual del proyecto de la muralla (no es una modificada durante la ejecución de la obra), autorizada por la Junta y tras las observaciones hechas en la Comisión Provincial de Patrimonio. Esa modificación, según argumentó el ayuntamiento, solo afectaba a la textura de piedra del muro pantalla que debe ocultar las escaleras de acceso al nuevo tramo de muralla transitable en el adarve del padre Rosalío.

Y aquí está el problema, ya que lo que para el ayuntamiento es un cambio puntual, para el ministerio es una modificación sustancial al considerar que no solo se cambia la textura de la piedra, sino que también se elimina uno de los dos ascensores proyectados, se monta una nueva escalera de perfiles tubulares de acero, hay variaciones en el tipo y material de pavimentos y de barandillas y hay una modificación de losas y solados de hormigón, además de considerar que en varios capítulos del presupuesto hay modificaciones importantes, pese a que el importa total se haya mantenido sin cambios.

El ministerio no entra en si hay que poner un material u otro o si hay que volver a poner el ascensor, que se eliminó porque «iba a afectar negativamente a la muralla», precisaron fuentes municipales. Lo que cuestiona el ministerio es que se han realizado unas modificaciones que alteran el proyecto inicial en un proceso en el que Cáceres competía con otras localidades para recibir la ayuda estatal.

La interpretación del ayuntamiento es muy distinta a la del ministerio. Primero por considerar que los cambios ha sido leves y siempre tomando como base las consideración de la Comisión Provincial de Patrimonio. Además se insiste en que los cambios hechos no afectan ni a los tramos de muralla incluidos en el proyecto inicial ni al objetivo principal del mismo, sino que son variaciones que concretan materiales a utilizar y que definen las soluciones de acceso a la muralla. El proyecto restaura el lienzo de muralla en los dos tramos citadas, además de dos de las torres, Aver y Redonda, que se hacen visitables con dos nuevos accesos. A la torre del Aver por una escalera que está tapada por un muro pantalla y a la torre Redonda con un ascenso que nunca se ha eliminado del proyecto.