aprendió junto a manolo bejarano y es sobrino del ex rejoneador nano bravo

La ilusión de un torero de Cáceres que despunta

José Antonio Bravo acaba de cumplir 16 años y quiere convertirse en uno de los más grandes

Toñín Bravo, toreando en Aldeacentenera.

Toñín Bravo, toreando en Aldeacentenera. / CEDIDA

José Antonio Bravo, conocido como Toñín, es de Cáceres, acaba de cumplir 16 años (de 2007) y tiene un sueño: ser matador de toros y convertirse en uno de los más grandes en el panorama taurino. La afición por el mundo del toro bravo le llegó de su tío, Nano Bravo, un rejoneador que se retiró de la profesión en 2012. Entonces, Toñín pensaba que él quería seguir sus pasos, pero el día que se puso delante de una vaca se dio cuenta que su futuro era con capote en mano, al igual que su referente: Roca Rey.

Con 10 años ya quiso apuntarse a una escuela taurina de Cáceres, pero su padre no le dejó hasta que no cumplió 12. Tras unos primeros pasos junto a Manolo Bejarano en la de Cáceres, se pasó a la de Badajoz, para luego comenzar a entrenar en solitario en su finca, ubicada en la carretera de Badajoz.

Actualmente alterna sus estudios del grado de Formación Profesional de mecánica en el Téllez con sus entrenamientos, aunque tiene claro que dentro de cinco años quiere estar vestido de luces.

Este año por fin ha podido debutar en carteles de novilladas (hasta que no cumpliera 16 años no podía) y se estrenó en Malpartida de Plasencia el 8 de julio, donde cortó cuatro orejas y un rabo. También toreará en Casar de Cáceres, Sierra de Fuetes, Talaván y Torremocha.

El 25 de agosto compartió terna en Aldeacentenera con Julio Benítez El Cordobés, José Rojo y Manolo Bejarano, en la que era el más joven y consiguió cortar las dos orejas y el rabo al buen novillo que lidió. «En ese momento me acordé de mi tio Simón, que falleció», cuenta emocionado.

Con respecto a esta faena, Toñín cuenta que «me hizo mucha ilusión poder estar en el ruedo junto a ellos porque son grandes toreros y poder acompañar a Bejarano en su ida porque es una de las personas que estuvo conmigo desde pequeño». 

Junto a él, en el ruedo portátil que se instaló en el campo de fútbol, estuvieron todos sus familiares y amigos, que le acompañan a todas las plazas.

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