Desde el ayuntamiento

El alcalde de Cáceres interviene tras la Bajada de la Virgen de la Montaña: «Es un privilegio entregar el bastón de mando»

El regidor alaba las horas de trabajo para la procesión de Bajada: «Dice mucho de cómo somos de generosos los cacereños»

El alcalde, tras entregar el bastón de mando a la cofradía.

El alcalde, tras entregar el bastón de mando a la cofradía. / Carlos Gil

Emocionado se mostró el alcalde de Cáceres, Rafael Mateos, durante su primera recepción tras la procesión de Bajada de la Virgen de la Montaña por el recibimiento que había tenido entre los miles de cacereños que arroparon a la patrona desde el santuario. «Nuestras calles se han llenado de alegría, tantos niños y niñas de la mano de sus padres y abuelos, siguiendo tradiciones, miles de cacereños y cacereñas entonando El Redoble, los mantones en las ventanas, la música en cada rincón o las horas de trabajo que hay detrás de cada flor y cada mandala que hemos visto en Caleros, dice mucho de cómo somos de generosos los cacereños. Son muchos los gestos que hacen de esta procesión un evento sin parangón en el mundo. Esta sensación es difícil de explicar, solo la comprendemos cuando llega el mes de mayo y la ciudad se engalana para acogerla en nuestra querida parte antigua». 

El regidor, rodeado de un gran número de autoridades civiles y militares, bajó hasta Fuente Concejo para recibir y entregar el bastón de mando: «Me vais a permitir que comparta una sensación personal. Será un gesto que jamás olvidaré. Son muchos los sentimientos y los recuerdos que alberga mi corazón en este momento, escribiendo un nuevo episodio de nuestra historia. Me enorgullece haceros partícipes de ello». 

«La Virgen de la Montaña es mucho más que la patrona de Cáceres. Es fe, tradición y cultura. Es cobijo para nuestros desvelos y la mejor compañera de alegrías. Es luz ante la duda y fuerza ante la apatía», señaló Mateos. «Solo puedo mostrar mi gratitud por cada detalle, cada mirada de complicidad y cada gesto de ilusión que he ido encontrando a lo largo de la procesión. Sé que ese mismo cariño se acrecentará día a día a lo largo del Novenario, con un ir y venir de gente en la misma dirección: la de poder saludarla y compartir su dirección aprovechando su estancia en el corazón de la ciudad. Habrá un trasiego constante de personas que quieren preservar la tradición de adivinar el color del manto cada día, como muchos recordamos que hacíamos en nuestra infancia», señaló. 

Quiso también mostrar su agradecimiento al Nuncio Apostólico del Papa, monseñor Bernardito Auza: «Es un gran honor que haya querido sumarse a esta tradición tan nuestra. Espero que lo esté disfrutando tanto como nosotros».

Recordó también que en octubre podremos «volver a sentirla cerca», ya que es el centenario de la coronación canónica: «Me gustaría invitaros a vivir intensamente el novenario y a mantener así de vivas nuestras tradiciones». «Sin duda, será especial y tendrá como momento culmen la procesión Magna Mariana prevista para el mes de octubre ocn la implicación de todas las cofradías y hermandades de la ciudad. Seguro que la ciudad responderá masivamente a este encuentro. Sintámonos afortunados por poder vivir un episodio que será único para la ciudad», expuso.

La intervención del alcalde no pudo terminar de otra forma que con un brindis por la patrona de Cáceres: «Viva la Virgen de la Montaña. Viva la cacereña bonita».

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