Abrecaminos

Cáceres: El sendero de las siete letras

Solo la de Siena, en Italia, y la de Ourense, en Galicia, hacen competencia a la de Cáceres

Letras de Cáceres en la plaza Mayor.

Letras de Cáceres en la plaza Mayor. / CEDIDA A EL PERIÓDICO

Siete letras. Me refiero a las letras cúbicas, ambarinas, contemporáneas enmarcadas por una de las plazas oblicuas más singulares de Europa. Solo la de Siena en Italia y la de Ourense en Galicia, le hacen competencia. Poner el nombre de las ciudades en las ciudades tiene un fin turístico sin disimulo. Ya son legión las localidades que tienen su nombre a gran tamaño, para que no haya duda. Ahora, a esas siete letras, les han salido unas hermanas que se encuentran en otros puntos de Cáceres, más pequeñas y de otros colores.

Así, donde estemos, sabremos que seguimos en Cáceres. Somos de hacer fotos, centenares de fotos, miles de fotos pero no las visualizamos, ni las descargamos, ni las llevamos a papel. La montaña pictórica de unas vacaciones, se amontonacon otra montaña con la cena de los amigos, o con la del paseo por el parque, y así hacemos cordilleras de fotos que estarán ahí hasta que perdamos el móvil, o se rompa. Pero hablaba de las siete letras de Cáceres, las pioneras de color amarillo, y las hermanas arco iris. Ahora están en distintos lugares, muy cacereños todos ellos,seguramente con unsentido holístico para entender la ciudad en toda su extensión y salir de la «parte antigua», patrimonio de la humanidad, tan admirado fuera de esta ciudad. Nuestra «parte antigua» es escenario propicio para dragones, fierecillas domadas, celestinas, de catedrales del mar, sin mar, solaz de palacios de rancio abolengo y de negocios estelares que surcan los universos gastronómicos de la guía más famosa del mundo. Un lugar mágico en el que se respira alta edad media por cada esquina mudéjar, castellana o judía. 

Hablar de la «parte antigua», es ver, escuchar, tocar, oler, gustar la Historia. Es, en definitiva, un placer para los sentidos. Hay muchas propuestas para el senderismo natural alrededor de la ciudad y muchas para el senderismo urbano. En este caso, los grupos de las siete letras «arcoiris» lo pueden demostrar. Bien que sirva como excusa, bien que sirva como aliciente, propongo un anillo urbano, un camino que se hace al andar, pero tambiénun sendero interior, un jubileo personal a través de las diagonales del alma de esta nuestra ciudad queesmuchomásquesu «parte antigua». Es un paseo de diecisiete kilómetros mal contados, con alguna subida buena y que podemos llamar, siendo poco originales, «el sendero de las siete letras». Debemos comenzar, como no puede ser de otro modo, en el centro emocional de la vieja Norba Caesarina. Un guía turístico, que los hay y muy buenos, enladrillaría nuestro sendero de perlas históricas, anécdotas pretéritas y preclaras visiones sobre por qué esta ciudad es como es y no es de otra manera. Invito a residentes y visitantes, a revisar Cáceres con un guía turístico al menos una vez enla vida, de verdad que cambian las cosas. Por eso, el sendero que proponemos es más emocional que arquitectónico, más sensorial que histórico.

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