San Fernando 2024

Una capitalidad de conciertos para 2031

Toda programación es poca si tenemos en cuenta lo importante que sería señalar a la ciudad como referente musical

El público saluda mientras aguarda un concierto en el recinto Hípico de Cáceres.

El público saluda mientras aguarda un concierto en el recinto Hípico de Cáceres. / FRANCIS VILLEGAS

Carlos Ortiz

En poco más de seis años y medio, una ciudad española será de nuevo Capital Europea de la Cultura, un anhelo del que Cáceres quedó descabalgada hará pronto una década. Aunque aquel fallido 2016 quede ya lejos, quienes lo vivimos con intensidad todavía recordamos el trabajo ingente que la candidatura extremeña realizó en pos de un ideal que, por encima de todo, sirvió para demostrar que, con un proyecto consistente, todo se puede lograr. La política puede hacer luego de las suyas, pero tras aquella experiencia quedó el aprendizaje de cómo había que hacer las cosas para ganar. Y ganar es vencer las inercias y aspirar a lo nunca conseguido. Por eso recuperar el objetivo de que Cáceres sea Ciudad Europea de la Cultura es 2031 debería ser pura pasión para cualquiera que sienta donde vive y respire cultura.

Con ese trecho por delante, y en aras a armar una candidatura con la fuerza necesaria, es idóneo plantearse ahora un proyecto global en el que las artes sean pieza angular. Y hablando de la que es mi actividad profesional como promotor musical desde Cáceres para el resto del país, creo que ha llegado el momento de poner en valor la importancia que tendría para la candidatura el diseño de una programación de calidad y referencia que durante el próximo lustro fuera referente frente a quienes compitan por el 2031. Y es ahí donde, una vez más, entran las ideas nuevas. No solo lo que ya luce y que todos conocemos en lo que a eventos musicales se refiere, sino también a la ambiciosa idea de poner a Cáceres en el mapa de las giras nacionales de los artistas de primer nivel. No vale sólo con lo que ya tiene acogida masiva de público o con reivindicar el valor de la música sobre el botellón. Vale el riesgo que supone sacarle partido a espacios donde la música se olvidó o donde, sencillamente, nadie apostó porque no estaban en el mapa de los grandes conciertos del país.

Por eso, y al hilo de las Ferias de San Fernando, toda programación es poca si tenemos en cuenta lo importante que sería que el dossier de la candidatura señalara a la ciudad como un referente cuando se hable de música. Todo suma, claro, pero suma sobre todo la calidad a la que debemos aspirar cuando se trate de producciones artísticas ambiciosas que ponen a Cáceres donde debió estar hace muchos años. Me ahorraré nombres para no dar protagonismo a ninguno, pero les pido que hagan su propia candidatura de grupos y artistas que servirían para situarnos como líderes de la clasificación en esa carrera hacia el 2031. No es un mal ejercicio soñar que es posible lograrlo con trabajo e ideas. Pero, téngalo claro, comportándose como una capitalidad de conciertos y de la humanidad que ya somos.