XXXV Festival de Teatro Clásico

El Clásico en Cáceres: del desenfreno de Lope a un Quevedo inédito

El primer estreno absoluto de la edición será esta noche en San Jorge con un montaje que rescata entremeses de Quevedo, sin representarse desde el siglo XVII

El Clásico en Cáceres: del desenfreno de Lope a un Quevedo inédito

Eduardo Villanueva

Eduardo Villanueva

Eduardo Villanueva

El amplio elenco de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico (JCNTC) llenó anoche el Gran Teatro con 'La discreta enamorada', de Lope de Vega. Una comedia de enredos y amoríos diversos a la que le sobraron varios minutos (la función sobrepasó las dos horas), pero cuya duración se vio suplementada por una puesta en escena dinámica, música en directo (además de composiciones originales, incluye la versión 'Vestida de nit', de Silvia Pérez Cruz) y la frescura del joven elenco de actrices y actores que entraban y salían a escena constantemente.

Sin Lluis Homar

No asomó por allí Lluis Homar, director de la obra y de la JCNTC. Y que, además, en alguna ocasión ha interpretado al capitán Bernardo, padre de Lucindo del que Fenisa está secretamente enamorada, pero que quiere desposar el oficial pese a la diferencia de edad (aunque aquí esa diferencia de edad no es tan obvia, sin Homar en ese papel).

A destacar la escenografía de Jose Novoa, que simula un descampado abierto alejado de Madrid, con un gran cartel de neón donde se lee la palabra 'HOPE' (con un corazón a modo de 'o'); la iluminación de Pilar Valdelvira, que baña directamente a los personajes, y el vestuario de Deborah Macías que navega extre formas clásicas revisadas y actuales. 

Deseo pop en 'La discreta enamorada', anoche en el Gran Teatro.

Deseo pop en 'La discreta enamorada', anoche en el Gran Teatro. / Jorge Valiente

Quevedo inédito

La compañía burgalesa Morfeo Teatro rescatará esta noche entremeses de Francisco de Quevedo que llevaban sin representarse desde el siglo XVII. Su nuevo espectáculo, ‘Polvo serán, más polvo enamorado’, es el primer estreno del festival. El grupo castellano reúne los entremeses ‘El caballero de La Tenaza’, ‘El marión’ y ‘El miserable’, junto a letrillas, bailes y sonetos para componer una comedia burlesca que “muestra la obra más carnal, vehemente, funesta y amorosa del repertorio del autor español”.

La pieza muestra a una compañía de cuatro comediantes en forma de gangarilla (nombre que en el Siglo de Oro recibían las compañías compuestas por actores que interpretaban tanto papeles femeninos como masculinos), y el mencionado personaje de la Muerte, un recurrente fatídico y socarrón en numerosas obras de Quevedo, a través de los cuales se ofrece el sentir de la sardónica visión quevedesca sobre la fragilidad de la vida.

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