Eustaquio Sánchez Salor llegó a Cáceres desde el municipio de Conquista de la Sierra para ligarse a la Universidad de Extremadura. Fue catedrático en la facultad de Filosofía y Letras. Probablemente sea él uno de los máximos conocedores de la historia del castillo palacio de los Pizarro en la localidad conquisteña, que tiene nivel de protección de Bien de Interés Cultural, pero que presenta un estado de deterioro.

El edificio de tres alturas, con sótano en bóveda de cañón, que se comunicaba por un puente levadizo con la torre adjunta se construyó en 1561 por Hernando Pizarro y Francisca Pizarro Yupanqui, hermano e hija del conquistador Francisco Pizarro. Lo moraron mientras erigieron en Trujillo otro bello palacio, el conocido como de la Conquista.

El catedrático Eustaquio Sánchez Salor SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

En el siglo XIII se llevó a cabo la reconquista de Trujillo. «Las familias que intervinieron en esa acción recibieron las tierras situadas en los alrededores de la población. Y en concreto a la familia leonesa de los Añascos le dieron el señorío de Conquista de la Sierra, que en aquella fecha no se llamaba Conquista sino La Zarza», recuerda el catedrático.

«Ellos tuvieron allí sus fincas, olivares, recreos y residencia, que edificaron en el siglo XVI. Hoy día todavía conserva en el patio de armas el escudo nobiliario de la casa, un pino y dos osos trepantes», relata con gran entusiasmo el profesor universitario.

El palacio ahora se encuentra en ruinas, «por desgracia», se lamenta. «No se sabe a ciencia cierta qué le ha llevado hasta ahí, aunque la sabia tradición popular del pueblo apunta que la culpa la tuvieron los franceses durante el comienzo del siglo XIX. Lo deterioraron a cañonazos y la otra leyenda dice que salió ardiendo, pero ambas van de la mano». Cuentan incluso que permaneció semanas en llamas.

La Junta confirma que el inmueble tiene nivel de protección de Bien de Intéres

El castillo es propiedad privada y «pertenece a una familia de Herguijuela, los Sosa. Actualmente allí disponen de ganado», apunta. Se encuentra en decadencia pudiéndose observar su estructura casi intacta, con la excepción de la techumbre que sufrió a causa del incendio en 1760 y por lo que se vino abajo. La torre que señorea el palacio es de base cuadrada, escalera de caracol, bóveda en media esfera decorada en el interior, y posee nueve almenas o pináculos que coronan con cuatro canes.

Con el tiempo, el edificio y toda la explotación, era dominio de una heredera de Francisco Pizarro, conquistador del Perú, Julia Orellana Núñez, de los Orellana y de los Pizarro. «La mujer se arruinó y mal vendió el castillo palacio a unos ganaderos y agricultores de Conquista hasta que pasó a los presentes propietarios», afirma.

Inmenso valor

Con nostalgia, todavía recuerda que el suelo estaba solado con pequeñas lascas de figuras de pizarra, que formaban preciosos dibujos. «Eso desapareció cuando metieron los animales en el terreno». El profesor concluye indicando que Extremadura, «tristemente dispone de una enorme cantidad de restos arqueológicos -no solo éste- que no se van a poder recuperar, porque costaría muchísimo dinero, pero ahí están y desde luego son patrimonio de la historia».

Vacas. Los animales pastando en el castillo. ALBERTO MANZANO

Por su parte, la Junta de Extremadura confirmó que el inmueble posee nivel de protección de Bien de Interés Cultural, sin declaración individual, pero dentro de la protección que otorga la Ley de Patrimonio a los castillos. Desde la Consejería de Cultura se apuntó que «no se ha recibido por parte del dueño ni del ayuntamiento ninguna notificación sobre el estado de mantenimiento del bien».

El suelo del castillo estaba solado con pequeñas lascas de figuras de pizarra

Sí es cierto que en 2017, el Ejecutivo regional y la entidad financiera Liberbank firmaron un convenio destinado a desarrollar un proyecto para la conservación de la torre del palaci castillo de la familia Pizarro (debido a una serie de desprendimientos). El monumento se encuentra en la Lista Roja elaborada por Hispania Nostra en la que se recogen elementos del patrimonio histórico español en riesgo de desaparición, destrucción o alteración de sus valores esenciales.

Torre. Fotografía que da idea de la grandeza del edificio. ALBERTO MANZANO

La entidad financiera contribuyó con una aportación de 9.108 euros a la realización de dichas obras ejecutadas para la preservación. No obstante, el palacio sigue siendo la joya olvidada de Conquista de la Sierra.