Religión

La diócesis Coria-Cáceres lanza una campaña de donaciones por Bizum

La Iglesia se moderniza con donaciones digitales para una solidaridad sin fronteras

Una mujer utiliza la aplicación de Bizum en su teléfono móvil.

Una mujer utiliza la aplicación de Bizum en su teléfono móvil. / Europa Press

En un mundo cada vez más digitalizado, la forma en que expresamos nuestra solidaridad ha evolucionado notablemente. La imagen tradicional de las donaciones en efectivo durante la misa se complementa ahora con una nueva modalidad que se adapta a nuestro estilo de vida actual: las donaciones digitales.

Esta nueva posibilidad de apoyar a la parroquia sin necesidad de llevar efectivo representa una oportunidad significativa para muchos feligreses. No solo refleja la adaptación de la Iglesia a los tiempos modernos, sino que también ofrece una vía accesible y segura para contribuir al sostenimiento de la institución. Un claro ejemplo de cómo la tecnología puede facilitar el acto de donar es el uso de Bizum, una herramienta de pago instantáneo a través de aplicaciones bancarias.

La diócesis Coria Cáceres, ha incorporado este avance digital y al introducir el código de la diócesis 38376 en la aplicación de Bizum, reafirmas el compromiso con los valores cristianos.

La Diócesis Coria Cáceres anuncia una campaña de donaciones por Bizum.

La Diócesis Coria Cáceres anuncia una campaña de donaciones por Bizum. / EL PERIÓDICO

Ahora puedes poner el nombre de tu parroquia o de tu localidad en el concepto y realizar un acto de identificación personal. Además, este gesto facilita una posible desgravación fiscal.

Contribuir de manera individual

Cada donación, grande o pequeña, tiene un impacto significativo. Tal y como afirman ellos, estas donaciones son las que permiten que la Iglesia continúe con su misión".

La invitación a colaborar hoy y marcar la diferencia no es solo una llamada a la generosidad, sino también un recordatorio de que, en la era digital, nuestras acciones de donación pueden trascender las barreras físicas. La generosidad no conoce límites, y ahora, gracias a la tecnología, tampoco conoce barreras.