EL APUNTE

Semana clave para los presupuestos

No se entendería un desacuerdo entre PP y Vox a las primeras de cambio, este se da en los presupuestos que cierran la legislatura

Mateos, tras el pleno que acordó la rebaja del IBI, con los concejales de Vox, Mirat y Gutiérrez, a la izquierda de la foto.

Mateos, tras el pleno que acordó la rebaja del IBI, con los concejales de Vox, Mirat y Gutiérrez, a la izquierda de la foto. / JORGE VALIENTE

José Luis Bermejo

José Luis Bermejo

El lunes 28 de diciembre de 2015, el gobierno municipal, entonces del PP y en minoría, sacó el presupuesto de 2016 gracias a la abstención del PSOE. No fue una inocentada. Fue una excepción y una sorpresa que nadie esperaba. El PSOE no facilita que el PP saque sus presupuestos ni el PP se lo permite al PSOE cuando gobierna. Ninguno da ventaja al otro cuando es alternativa de gobierno en la ciudad.

El gobierno local, ahora también del PPy en minoría como hace ocho años, afronta una semana decisiva para cerrar un acuerdo que permita la aprobación de los presupuestos, que tienen que salir. Su rechazo o tener que volver a prorrogar los de 2022 sería un fracaso para el alcalde cacereño, Rafael Mateos, que desde que inició el mandato se empeña en cumplir sus promesas electorales y uno de esos compromisos es que el presupuesto se apruebe antes del 1 de enero (sería una ratificación inicial, no definitiva, para esto habrá que esperar otro mes, aunque, en cualquier caso, las cuentas llegarían al pleno de la corporación local mucho antes que otros años).

Esa negociación se afronta con una vía para que los presupuestos no se tumben por el pleno, ese camino es el acuerdo con Vox. Mateos, que calificó a Vox como socio prioritario el pasado septiembre, ya incorporó en el proyecto de los presupuestos algunas de las promesas con las que Vox se presentó a las elecciones para facilitar que los respaldasen. Son iniciativas que coinciden con postulados del PP y que no requieren de grandes inversiones (los gastos principales del presupuesto están impuestos desde su confección, son la nómina de los empleados públicos y los contratos con empresas que tienen en concesión la gestión de servicios del ayuntamiento).  

¿Es suficiente? No. Y eso se verá en la semana próxima. Pero a favor del acuerdo juega que el gobierno del PP necesita sacar el presupuesto y que a Vox también le conviene para no prorrogar otra vez el de 2022 y no proyectar una imagen de bloqueo en el ayuntamiento. Por lo tanto habrá un compromiso entre ambos partidos. Pero en esa negociación el gobierno del PP tendrá que dejar a Vox sentirse ganador y darle protagonismo para trasladar que su programa electoral se cumple, así son las negociaciones en estos escenarios.

Ese acuerdo es en teoría factible. La principal demanda de Vox, que es además una de las ideas centrales de su programa municipal, el apoyo a la familia, se puede plasmar en los presupuestos del próximo año con una ayuda por nacimiento o adopción. Falta por cerrar la fórmula y el importe. Luego habrá otras cuestiones que harán que el acuerdo tarde más o menos en cerrarse, pero el compromiso entre ambos llegará, no se entendería un desacuerdo a las primeras de cambio, este se da en los últimos presupuestos, serán los de 2027, que cierran la legislatura.

Mateos no quiso incorporar a Vox en su gobierno, no lo necesitaba para ser investido, y ya anunció antes del inicio del mandato que gobernaría con apoyos externos, que, en la práctica, solo pueden venir de ese ‘socio prioritario’ que es Vox. Eso es lo que está haciendo.

 El pleno de la corporación local para la aprobación de los presupuestos de 2024 se celebrará seguramente la última semana de diciembre, puede que sea otro día 28. Pero esta vez no habrá sorpresa, ni inocentada.

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