La isla de las estrellas

Uno puede sentarse en una terraza de copas de Ibiza y ver cómo verdaderas estrellas de la pantalla se pluriemplean en verano para redondear sus ingresos. De repente, hay algo que resulta familiar en ese joven con falda y tatuajes que reparte flyers de una fiesta. Y resulta que es Martin Mazza, actor español que ha trabajado para grandes productoras norteamericanas. Eso sí, de porno gay. El politatuado astro se saca unas perrillas como gogó de lujo en Ibiza y, gracias a su currículo, tiene más cachet que Malena Gracia, otra profesional que veranea en la isla.

Se mueve dinero en la isla. La Marina Botafoch, que no es una cantautora, sino el puerto pijo de Ibiza, alberga yates enormes con perros pequeñísimos a bordo. Este año, sin embargo, los agoreros dicen que el barco por excelencia, el Blue one, no amarrará en el Botafoch. Es el yate del diseñador Valentino, que dice que antes compra en Zara que amarrar junto a las cacas que de vez en cuando flotan entre los barcos. La culpa es de un fallo en una depuradora. Dicen que al modisto se le puso ese mohín de "qué mal huele aquí" tras su último verano en la isla, aunque otras versiones apuntan a un lifting traicionero o de bajo coste. Menos mal que el verano ibicenco tiene bazas que llevarse a la crónica: Manel Fuentes, que ha pasado unos días en la isla con su familia y su amigo Carles Flavi . Fuentes actuará en Ibiza el 4 de agosto con la banda con la que imita a Springsteen.

El barco que estaba ayer amarrado y listo para visitas ilustres es el Aiglon, el gigantesco velero de Abel Matutes, que acogerá en breve a la familia Botella-Aznar. La concejala de Asuntos Sociales de Madrid y su marido ya son fijos de la canícula ibicenca. Como lo es Ana Obregón, que todavía no ha llegado.