La movilidad geográfica de los trabajadores

Extremadura, la única región con saldo laboral negativo con todas las demás

La comunidad redujo en 2023 casi un tercio de sus ‘números rojos’ en el balance interautonómico de contratación, pero sigue siendo netamente emisora 

Una camarera atiende a un cliente en un chiringuito de playa.

Una camarera atiende a un cliente en un chiringuito de playa. / Maite Cruz

E. B.

Extremadura redujo en 2023 cerca de un tercio del saldo negativo en la contratación laboral que mantiene con otras comunidades autónomas, pero continúa siendo una región netamente emisora de trabajadores. Es la cuarta con un balance negativo más acusado, con unos números que, en términos absolutos, solo mejoran a los de Andalucía, que ocupa el puesto de cola, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana. Además, la extremeña es la única comunidad autónoma que es emisora hacia todas las demás, ya que los flujos no arrojan un saldo positivo con ninguna de las restantes 16. 

De los algo más de cuatrocientos mil contratos formalizados el año pasado en la comunidad autónoma, 369.294 correspondieron a residentes en alguna de las dos provincias extremeñas y que no tuvieron que salir, por tanto, a otras autonomías para encontrar un puesto de trabajo, mientras que 34.261 los firmaron personas que vinieron de diferentes zonas de España a trabajar en la región. 

Además, otros 51.416 los rubricaron empleados que, viviendo en territorio extremeño, salieron a trabajar fuera de él, según los datos extraídos del último informe sobre movilidad geográfica de la contratación en España, elaborado por el Observatorio de las Ocupaciones, dependiente del Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe). 

Andalucía, Madrid, y las dos Castillas, las comunidades más habituales tanto de origen como de destino

«En general, a lo largo de la década ha habido un crecimiento sostenido en cuanto a los contratos que suponen movilidad», se apunta en el informe. Así, entre 2014 y 2023 se observa que se ha experimentado un incremento del 14,44% y 19,92% de los contratos con desplazamientos interprovinciales e interautonómicos en España, respectivamente, unos 300.000 más. Por el contrario, los que permanecen han sufrido una caída cercana al 11 % (millón y medio de contratos menos). 

Y eso a pesar del descenso en la contratación que conllevó, primero la pandemia en 2020, y luego la entrada en vigor de la reforma laboral. Esta normativa tuvo impacto en 2022 y, sobre todo, el año pasado ya que, «al establecer la contratación indefinida como regla general, ha favorecido la reducción de la temporalidad y por tanto el descenso en la formalización del número de contratos». 

En el informe de este observatorio se precisa que, a diferencia de las crisis precedentes de 2008 y 2012, en las que se apreció una reducción de las tasas de movilidad, en la provocada por la pandemia estas se mantuvieron e, incluso, en los años posteriores se han alcanzado los mayores niveles de las últimas dos décadas. De esta forma, el descenso en la contratación de 2023 ha presentado menor intensidad entre los contratos que han implicado desplazamiento entre comunidades autónomas o provincias que entre los que han permanecido en ellas, por lo que las tasas de movilidad han aumentado. 

El año pasado se contabilizaron en España un total de 15.444.205 contratos, un 15,65% menos que en el 2022. Sin embargo, entre los que han implicaron desplazamiento los descensos fueron menores, del 12,1 % si se examinan los interprovinciales, y del 11,2% en los interautonómicos.

El perfil de la movilidad laboral en Extremadura

El análisis de los contratos laborales que han provocado movilidad geográfica en Extremadura revela un perfil mayoritariamente masculino, tanto entre los trabajadores que se marcharon (32.881 hombres frente a 18.535 mujeres), como entre los que llegaron al mercado laboral extremeño (21.669 y 12.592, respectivamente). Asimismo, prevalece la nacionalidad española, fundamentalmente entre los que se van, en los que concentran un 72,4% de los formalizados, si bien entre los que vienen el margen se estrecha mucho (son un 55,4%).

Por edades, los segmentos que predominan en la movilidad laboral, con números muy parecidos, son el de los menores de 30 y el que discurre entre esa edad y los 45; y por nivel de estudios, el más frecuente, con diferencia, es el de los estudios primarios o sin acreditar. Por sectores, servicios y, en menor medida, el agrario, concentran la gran mayoría de estos contratos que implican desplazamiento. 

A más formación, peor saldo

Por otro lado, a medida que aumenta el nivel formativo, lo hace también el desequilibrio a favor de los trabajadores que emigran. De esta manera, llegados a la educación superior, hay 7.125 contratos registrados de salida, frente a 2.528 de quienes vinieron con este nivel formativo. Dentro de los ciclos formativos, los que se van del mercado laboral extremeño son también más del doble de los que se incorporan a él. 

Algo similar ocurre con los grupos ocupacionales, ya que, en general, en las ocupaciones elementales prácticamente hay igualdad, mientras que en los segmentos más cualificados el balance es muy favorable a los que se marchan.

En cuanto a las comunidades autónomas más habituales de origen y destino de los trabajadores, los cuatro primeros puestos se repiten en ambos casos. Por este orden: Andalucía, Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla y León. El quinto puesto es el primero en variar: lo ocupa la Comunidad Valenciana entre los que entran y Cataluña para quienes salen.

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