Sanidad

Los extremeños son los que más antibióticos consumen del país: 26.800 dosis diarias

El uso de estos medicamentos repunta tras una caída importante por la pandemia de covid, pero está por debajo de los registros anteriores a 2019. El SES cuenta con 7 equipos para optimizar los antimicrobianos

Envases de antibióticos en el mostrador de una farmacia.

Envases de antibióticos en el mostrador de una farmacia. / EL PERIÓDICO

La expertos avisan: la resistencia a los antimicrobianos «es una de las mayores amenazas para la salud pública a nivel mundial». Se estima que en el año 2050 se producirán más de 50.000 muertes por infecciones que antes se podían tratar fácilmente. Uno de los mecanismos que incrementa esa resistencia es el uso inadecuado de los antibióticos. Por eso, hace casi una década se creó el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN), con el que se busca «reducir el riesgo de selección y diseminación de resistencia a los antibióticos y, consecuentemente, reducir el impacto de este problema sobre la salud de las personas y los animales, preservando de manera sostenible la eficacia de los antibióticos existentes». 

Desde que se pasó a la acción, el consumo se ha reducido en prácticamente todas las comunidades, pero Extremadura está a la cabeza del país. Los extremeños son los españoles que más antibióticos toman con más de 26.800 dosis al día, o lo que es lo mismo, 25,19 dosis diarias definidas por cada mil habitantes, según los últimos datos del PRAN referentes a 2022. Esta cifra, relativa a la dispensación comunitaria, incluidas las recetas financiadas por el Sistema Nacional de Salud, las mutuas y el sector privado, se encuentra por encima de la media estatal (situada en 21,69 dosis) y España, a su vez, presenta un consumo superior a la media europea (17,76).

Extremadura lidera el consumo nacional desde que se registran estos datos, en 2014. Aunque bien es cierto que desde entonces las dosis han disminuido progresivamente hasta tocar suelo en los años 2020 y 2021 (con unas 21,5 dosis diarias por cada mil extremeños) debido a la irrupción del covid y el paréntesis en el normal funcionamiento de los servicios de salud. Sin embargo, en 2022 la cifra volvió a crecer hasta situarse en los 25,19 dosis diarias, a la espera de la evolución seguida en 2023, todavía sin datos. No obstante, aún en los años de la pandemia Extremadura ha seguido liderando este consumo frente al resto de comunidades. Tras la extremeña, se sitúan la Comunidad Valenciana y las dos Castillas, que superan las 23 dosis diarias, mientras en el lado contrario se ubican Madrid y Navarra, que no alcanzan ni las 20 dosis. 

Evolución del consumo de antibióticos en Extremadura.

Evolución del consumo de antibióticos en Extremadura. / Cristian Plata

El envejecimiento

Una de las razones que argumentan los expertos puede estar relacionada con el envejecimiento de la población, aunque bien es cierto, que Extremadura no lidera esa clasificación. Según el Instituto Nacional de Estadística, hay cinco comunidades que presentan un índice de envejecimiento mayor que la región extremeña (158,13). Son: Asturias, Castilla y León, Cantabria, País Vasco y Galicia y en todas ellas el consumo de antibióticos es menor que en Extremadura. 

Desde la Consejería de Salud no entran a valorar esta situación, pero sí explican que se están tomando medidas. La comunidad está adherida al Plan Nacional frente a la Resistencia a Antibióticos, dentro el cual se desarrollan programas de uso optimizado de antimicrobianos de forma coordinada con la Dirección General de Asistencia Sanitaria. Y para ello se han puesto en marcha siete equipos multidisciplinares en todas las áreas de salud, menos en la de Plasencia, que tienen como finalidad «educar, informar y difundir el uso correcto de antimicrobianos, tanto a nivel poblacional como de los profesionales que trabajan en el ámbito de la atención primaria», señalan.

Entre las acciones concretas que realizan estos equipos están realizar sesiones de formación continuada tanto para profesionales como a la población general, y específicamente también a la pediátrica, revisión de botiquines en los domicilios y charlas informativas y repartición de cómics en los institutos sobre el uso de correcto de estos medicamentos, detallan.

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