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ENTREVISTA

Senel Paz ESCRITOR: "Cuba tiene un gran deseo de vivirun poquito mejor y más tranquila"

Senel Paz ESCRITOR: "Cuba tiene un gran deseo de vivirun poquito mejor y más tranquila"

A primera vista, Senel Paz escribe sobre dos jóvenes en su nueva novela En el cielo con diamantes , que presentó esta semana en España. La lectura muestra cómo revisa, de pe a pa, los últimos 30 años en Cuba.

--¿Hay que ser cubano para reconocerse en su novela.

--La idea de la novela está tomada de algo tan universal como el Quijote. El Quijote aspiraba a contribuir en algo, pero solo cuando cuenta con Dulcinea y Sancho es cuando está en plena capacidad para lanzarse al mundo. Esto es lo que yo cuento. No puedes empezar a vivir si no amas y si no tienes un amigo.

--¿Por qué el título En el cielo con diamantes?

--Es un fragmento de una canción de los Beatles que para mi generación como ciudadano del planeta, no solo como cubano, fueron como la síntesis de un estado de ánimo.

--¿Qué hay de su propia autobiografía en el libro?

--(Risas) Las escenas con la chiva Canela Arnaldo, uno de los personajes, se lo hace con una cabra.

--¡No puedo creerlo!

--En el sentido histórico no es autobiográfica; lo es en la esencia. Es un diálogo con la experiencia de vivir en Cuba en el marco de un proceso social tan peculiar, definido y fuerte como el que hemos transitado.

--¿Quiénes son David y Arnaldo, los personajes principales?

--Soy yo y mis compañeros de generación. Arnaldo es el cubano típico. Alegre, mujeriego, activo, picaresco. Pero el cubano también es pensador, tiene inquietudes, interrogantes. Son dos actitudes vitales: gozar el mundo y dudarlo-.

--En el libro lo real se confunde con lo onírico. ¿La vida es sueño?

--No creo que la vida sea sueño, pero sí que los sueños influyen en la vida real. La vida está muy influida y muy contaminada con lo que el hombre sueña porque cuando sueña fija sus objetivos y luego trata de construirlos.

--¿Sigue soñando Cuba?

--Cuba sueña con el diálogo, con la reconciliación, con la tranquilidad, y con una mejoría material de vida. Cuba tiene un gran deseo de vivir un poquito mejor y más tranquila. Sueña con conservar sus valores y conquistas en términos espirituales, éticos y abrirse un poco más al mundo y, a la vez, ser respetada y comprendida en sus opciones.

--¿Reconciliación con quién?

--Ahora hay una relación tensa, tanto entre los mismos cubanos como con el mundo. Hay una intolerancia mutua. Cuba debe entrar en una normalidad y creo que no lo puede hacer sola. Si esta tensión desapareciera, en Cuba se arreglarían muchas cosas. La reflexión ocuparía mayor espacio y la búsqueda de soluciones transcurriría en un clima de más entendimiento.

--¿Se han desencanto sus personajes con la revolución?

--David piensa que va por buen camino. También tiene la idea, que también es una idea mía, que ese camino hay que andarlo críticamente y de una manera que permita un juicio y una reflexión sobre lo andado.

--¿Es posible esa revisión en Cuba?

--Nos ha faltado. La novela acusa mucho que nuestra sociedad siempre ha avanzado para adelante tozudamente sin tiempo de volver atrás y revisar lo hecho. En el camino se han hecho muchas torpezas. La crítica es un acto de pertenencia en un proyecto. Cuando crees en un proyecto y lo cuestionas, ese es el modo más inteligente de pertenecer a él. Lo otro es fanatismo. Cuando lo sigues sin pensar si está bien o está mal y cuando crees que todo está dicho en el nacimiento de la idea.

-- ¿Cómo enfrentan los cubanos los cambios que ya hoy se están produciendo en la isla?

--Me parece que el pueblo cubano se prepara hacia un salto positivo hacia delante. Los cubanos tenemos un propio concepto de transición. En Cuba, va a haber una transición a un proyecto que se libere de sus dogmas y donde el individuo alcance una capacidad de desarrollo más plena y conquiste un lugar que la sociedad cubana no ha sabido darle. Será una sociedad más dinámica y más receptiva, que pueda estar más en interacción con el mundo, sin perder la coherencia y la continuidad de un proyecto que tiene una meta final que a nosotros nos sigue interesando.

--¿Liderarán los intelectuales este proceso?

--El sector intelectual va a jugar un papel importante en interacción con el sistema político. Creo que los intelectuales cubanos hemos estado jugando al parchís cuando en el país tocaba jugar al ajedrez.

--Miami pretende tutelar los cambios. ¿Qué pasará en Cuba si esto sucede?

--Eso es imposible. Esa es una de las cosas que resistirían los cubanos y esa determinación se respira en Cuba. Los cubanos de la isla se ven como los protagonistas de los cambios y eso no excluye a los cubanos que no han acompañado a la revolución. La sociedad cubana va a jugar un papel protagónico y no se lo va a dejar arrebatar.

--¿En qué momento de la revolución está Cuba?

--Estamos en un punto medio, porque creo que queda mucho por caminar y ya hay mucho acumulado. Cuba ha alcanzado muchas conquistas, pero estamos lejos de la meta.

--En una época lo tildaron de disidente y luego lo acusaron de ser dócil con el régimen. ¿Con qué está de acuerdo?

--Es el juicio de la mirada en blanco y negro. No escribo pensando ni en Fidel ni en la política. Eso hace que unas veces puedas ser del agrado de los anticastristas y otras, de los revolucionarios.

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