Ben Stiller se ríe de las estrellas de Hollywood en ´Tropic Thunder´

Las películas que hablan de otras películas son tan antiguas como el negocio del cine y, en realidad, todas cuentan más o menos lo mismo: que los actores son unos narcisistas petulantes, consentidos y neuróticos, que los directores son unos iluminados o unos imbéciles, y que los jefes de los estudios son unos fachas. De eso se ríe Tropic Thunder , película dirigida y coescrita y coprotagonizada por Ben Stiller y considerada, antes de su estreno en Estados Unidos, como la madre de todas las parodias. Pero ayer, durante su presentación oficial en el festival de San Sebastián, quedó demostrado que tampoco es para tanto.

Aún más que la anterior película dirigida por Stiller, la magistral Zoolander , Tropic Thunder reposa su potencial cómico sobre su premisa: es una parodia de películas bélicas como Apocalypse Now , Apocalypto , Platoon y todos los Rambos y, más aún, de Hearts of Darkness , el documental sobre el rodaje de Apocalypse Now . Entrando en el corazón de las tinieblas, Stiller juega a pisotear el talón de Aquiles de Hollywood: la megalomanía de los jefes de los estudios y de los actores (Jack Black es un cómico que se esfuerza por dar el paso al cine serio, y Robert Downey Jr. parodia a los actores de método).

El resultado, aunque a ratos divertido, plantea un problema esencial: anda escaso de chistes. Stiller estuvo más gracioso ayer en la rueda de prensa que en su película. Los únicos momentos de magia cómica los ofrece Robert Downey Jr. en la piel de Kirk Lazarus, un caucasiano que se somete a un proceso de pigmentación para interpretar a un afroamericano. Esta pulla contra la petulancia de actores como Daniel Day Lewis y Russell Crowe también denuncia cómo la cultura blanca se apropia de la negra.

En última instancia, Tropic Thunder no es más que otro ejemplo de cine acerca del cine, ocasionalmente dispuesta a morder la mano que le da de comer pero --y ese es su mayor problema-- más a menudo contenta simplemente con tener dientes.