La apertura de la obra de Barceló aviva la polémica por el gasto que ha supuesto

Lo que iba a ser una inversión para dar prestigio y proyección al arte español y afianzar a España en el entramado de relaciones en la ONU, ha acabado convirtiéndose en una encendida polémica política.

El destino de 500.000 euros del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD) para financiar parte de la remodelación la Sala XX del Palacio de las Naciones de Ginebra --desde el mobiliario hasta la cúpula del artista mallorquín Miquel Barceló costará al Estado 7,4 millones de euros-- ha sido utilizado por el PP para desgastar al Ejecutivo central y, de paso, al de Baleares.

Consultados por este diario, renombrados artistas y críticos de arte consideran la controversia estrictamente política y salvan de ella al cotizado pintor.

Ocho días después de que el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, dijera que el arte "no tiene precio" y se negara a dar las cifras del coste de la obra, tendrá que responder hoy en la sesión de control del Congreso a una pregunta del diputado del PP, Gonzalo Robles. Para calentar motores, la portavoz de los populares Soraya Saénz de Santamaría insinuó ayer que su grupo podría "reprobar" a Moratinos si no se aclara el asunto.

REFORMA DEL FAD La tardanza con que Exteriores aclaró el origen de los fondos y la crisis económica que en ocasiones se toma como justificación para el recortar ayudas sociales, forman un cóctel explosivo que el Gobierno trató de desactivar ayer. El secretario de Estado de Economía, David Vegara, anunció en el Congreso que se va a reformar el FAD --una promesa de Zapatero en las últimas elecciones-- para atender a objetivos específicos y garantizar su eficacia.

Fuentes del ministerio de Moratinos reconocieron ayer que han gestionado mal la polémica e indicaron que el medio millón de euros era una cantidad sobrante del presupuesto concluido de ayuda al desarrollo que se debía reingresar a Hacienda y que el departamento de Exteriores optó por utilizar en el proyecto de la cúpula. El diputado del PSOE Eduardo Madina aseguró que "no se ha quitado ni una sola vacuna a los niños de Africa a causa de la cúpula".

El crítico e historiador del arte Daniel Giralt-Miracle consideró que el pecado no está en Miquel Barceló, sino "en el lugar de dónde el Estado ha sacado el dinero" para pagar el encargo.

Intermón Oxfam tachó de "inadmisible y alarmante" que el FAD se utilice como "cajón de emergencia" para proyectos que no se pueden financiar de otra manera.