Los bocadillos estaban proscritos en el catering que se ofrecía en los rodajes
Claude Chabrol era un gran amante de la gastronomía. Y le gustaba compartir su pasión por la comida fuera y dentro de los rodajes. Por eso, los bocadillos estaban totalmente proscritos en el catering que ofrecía a su equipo. Entre dos posibles localizaciones para filmar, el cineasta elegía aquella que estuviera más cerca de un buen restaurante. En sus rodajes, acostumbraba organizar un banquete con sus colaboradores, que a menudo finalizaban con el director entonando sus canciones favoritas. Compartía el amor por la cocina y por el buen vino con uno de sus actores favoritos, Gerard Depardieu.
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