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Adiós a un actor de raza

Pepe Sancho, el carismático Estudiante de 'Curro Jiménez', fallece a los 68 años de un cáncer tras una dilatada carrera

Adiós a un actor de raza

Cincuenta años de intensa carrera se apagaron ayer en un hospital oncológico de Valencia. Pepe Sancho murió ayer a los 68 años víctima de un cáncer. La enfermedad ya le impidió el pasado mes de enero estrenar La amante inglesa , la obra de Marguerite Duras que se representa actualmente en las Naves del Matadero del Teatro Español. Si el teatro fue su pasión halló en la televisión una enorme popularidad como El Estudiante , de Curro Jiménez , la histórica serie de bandoleros que interpretó junto a Sancho Gracia, fallecido el pasado año, y Alvaro de Luna.

Nacido en Manises (Valencia) el 11 de noviembre de 1944, José Asunción Martínez Sancho fue un intérprete capaz de dar cualquier perfil a un personaje. Sancho respondió al claro instinto vocacional y así explicaba que a los 11 años se escapó de casa porque "quería ir a Hollywood". Formado en la dura escuela teatral de los escenarios de pueblo, la tele en blanco y negro fue su primer trampolín con las novelas de sobremesa o en el recordado Estudio-1.

Vivió un constante idilio con el medio a lo largo de su extenso currículo. Si El Estudiante le convirtió en un rostro muy conocido en sus inicios, otro tanto ocurrió tres décadas más tarde con don Pablo en Cuéntame . La tele le permitió también encarnar a muchos personajes históricos como el cardenal Tarancón, el golpista Milans del Bosch, el presidente Suárez o el conquistador Hernán Cortés.

UN GOYA POR CARNE TREMULA La trayectoria de Sancho fue panorámica. Televisión, cine y teatro se complementaron con el premio, por ejemplo, de un Goya al actor de reparto por Carne trémula (1997), en uno de sus dos trabajos con Pedro Almodóvar. Hable con ella (2002) fue el siguiente. Sancho podría documentar como pocos la historia del cine español que siguió a la muerte de Franco. Igual trabajó en dudosas producciones de la transición como La boda del señor cura y Al tercer año resucitó , ambos de Rafael Gil, que con Berlanga y Saura además de Almodóvar.

Sancho cerró una dilatada carrera en los escenarios donde había empezado a los 18 años, cuando se fue a Madrid, con Los árboles mueren de pie , de Alejandro Casona. Habitual del festival de teatro clásico de Mérida, logró sus cumbres con Memorias de Adriano (1998), dirigido por el italiano Maurizio Scaparro, y Enrique IV (2002), de Pirandello y dirección de José Tamayo. En los últimos años, su buena relación con el gobierno del PP valenciano le llevó a formar parte del consejo rector de Teatres de la Generalitat. Sus colegas valencianos denunciaron lo que entendían como un trato de favor que le permitía disponer de grandes presupuestos para sus obras en época de recortes.

A Sancho poco le intimidó esa queja. Ni la subida del IVA cultural. "Yo nací en unos años muy malos, en la posguerra, sé lo que es merendar solo un boniato. Conozco muchas hambrunas y no me asusta", dijo a este diario.

Así era este actor canalla, de voz atronadora y que daba a la perfección como seductor, malo o sinvergüenza. Incluso en la vida real con su tormentosa relación a lo largo de 22 años con la cantante María Jiménez, tan racial como él. Se casaron dos veces, tuvieron un hijo y su ruptura llenó páginas de la prensa rosa y programas de televisión. Se dijeron de todo y no faltó una denuncia de ella por malos tratos. "A pesar de todo me llevo bien con María Jiménez", afirmó cuando hablaba más de su vida privada que de su trabajo.

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