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la cultura que nos viene

Visibilización

Visibilización

Permítanme que no comience hablando de lo que van a poder ver o escuchar o vivir esta semana. Porque la pasada ha estado marcada por un debate enorme, en lo pequeño, sobre feminismos, representación de la mujer y accesos a la vida pública. No, no me estoy refiriendo a Carolina Bescansa llevando a su bebé al Congreso. Hablo del festival de cómic más importante de Europa, el de Angulema, en Francia: todos los años otorgan un gran premio, que se denomina así: Grand Prix. Y resulta que en la lista de candidatos, que eran 30 (treinta, señores: treinta), no había ninguna mujer. Uno a uno, los dibujantes, hombres fueron eliminando sus candidaturas: Chris Ware, Charles Burns, Milo Manara, Riad Sattouf, Joann Sfar, Daniel Clowes. Y les aseguro que ganar el Grand Prix es un honor y aumenta las ventas. Mucho. Y salen proyectos. Todos ellos dijeron que iban a votar lo mismo: Fuck you, lo que en inglés viene a ser "que os jodan". Porque se lo tomaron como lo que es: una afrenta hacia unas colegas que hacen cómics y viven de ellos. Marjane Satrapi, Alison Bechdel, Julie Doucet, Possy Simmonds, Julie Maroh, Rutu Modan, Leela Corman... Qué curioso, el olvido.

No se equivoquen: esto no es una cuestión de paridad. Esto no va de incluir a las mujeres aunque hagan peores cómics que los hombres como una concesión, pobrecitas mías, que no les da la inteligencia y es que no llegan por sus propios medios y hay que incluirlas. Esto va de una construcción mental: todo nuestro mundo se conforma a través de los centros de poder. Y en los centros de poder no hay mujeres. En el centro del poder, aquí, en Occidente, está el hombre varón blanco heterosexual. Y nadie más.

Viola Davis fue la primera mujer negra en ganar un Emmy: "No pueden darte un premio por papeles que no existen", dijo. No pueden nominarte al más importante galardón europeo si ni siquiera se acuerdan de ti. Por muy buena que seas. Aunque seas muy buena. La red se llenó de mensajes hablando de la paridad. Al final, la organización del premio dio un zapatazo encima de la mesa, que era lo único que podía hacer, no presentó otra lista y que cada uno vote lo que quiera.

No. Esto no va de listas. No hablamos de cuotas graciables. Se trata de visibilidad. De ser sujeto, también, a la par, y no un objeto: de que se sepa que existes, que estás ahí, aunque la industria publique a un porcentaje de mujeres irrisorio. Que lo hace. Porque todo artista publica, dirige, escribe o pinta para los otros.

TEATRO DE PROVINCIAS Esto que estoy contando también juega en contra del teatro que se hace en provincias. Cuando llegan las primeras votaciones de unos premios cualesquiera (Concha Rodríguez y Ana Trinidad son candidatas por Carne de gallina y Toc Toc a los de la Unión de Actores), el jurado solo ha visto las que se han estrenado en Madrid o Barcelona. La lista de la primera ronda es enorme, como la de los Goya, para incluir a todo el mundo. Luego ya se criba. Y quedan, sobre todo, las compañías nacionales. Al teatro de provincias deberían darle el premio a la resistencia, al empecinamiento, a la testarudez.

Este fin de semana pueden ver a dos de ellas. Atakama, por ejemplo, nos cuenta en Cáceres cómo llegar a fin de mes y cómo enfrentarse a un deshaucio... en el siglo XVII y siendo noble. Y el domingo, Karlik Danza también estará en el Gran Teatro con una obra para niños... y adultos. A Badajoz van espectáculos nacionales (que también resisten: no olvidemos el 21% de IVA en las entradas): uno de mentalismo de Toni Bright y uno de comedia con Raúl López y Julián Cimas. En Plasencia, también necesitados de visibilidad, como todos los grupos de folclore, Chispa celebra su 25 aniversario. La actuación es en el teatro, sí, pero habrá un pasacalles desde la plaza Mayor. El grupo toma su nombre de Máximo Berrocoso, Chispa, primer bailarín y coreógrafo del gran musicólogo Manuel García Matos, a quien tantísimo debe la cultura extremeña. Hay más música, claro: clásica. Con la OEx, dirigida por un viejo conocido, Miguel Romea, antes al frente de la Orquesta Joven, durante casi una década. Llega con él un violinista excepcional, aclamado en todo el mundo, Alexandre da Costa, que ya grabó con la sinfónica extremeña un disco en tiempos de Jesús Amigo. Se estrena, además, una obra de Antonio Cortés de hace siglos que se encontró durante una investigación en el archivo de la catedral pacense: el resto, Dvorak y Sibelius. No hay plan mejor que escuchar esto un viernes.

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Orquesta de Extremadura. Viernes, 15 de enero. 20.30 horas. Gran Teatro (Cáceres)

Toni Bright. Magia de la mente. Volver a creer. Viernes, 15 de enero. 21.00 horas. Teatro López de Ayala (Badajoz)

Retablo jocoso de la maldita armadura. Sábado, 16 enero. 20.30 horas. Gran Teatro (Cáceres)

25 aniversario del grupo de folclore Chispa. Sábado, 16 enero. 20.30 horas. Teatro Alkázar (Plasencia)

Julián López y Raúl Cimas: Toda la verdad sobre el oso hormiguero. Sábado, 16 enero. 21.00 horas. Teatro López de Ayala (Badajoz)

El chef Chop Chop y el tik tak de Fidelia. Domingo 17 enero. 18.00 horas. Gran Teatro (Cáceres)

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