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Superventas: autores que nunca decepcionan

Superventas: autores que nunca decepcionan

El pintor de almas, de Ildefonso Falcones (Grijalbo. 22,90 €). El escritor barcelonés sitúa su última novela en la Barcelona modernista y la Semana Trágica. En una ciudad prisionera de la agitación social, Dalmau Sala, el protagonista, deberá escoger entre la lucha obrera y la tentación de alinearse con la burguesía.

La chica salvaje, de Delia Ownens (Ático de los Libros. 17,90 €). Cuenta la historia de Kya, una mujer que vive en soledad en las marismas de Carolina del Norte. Un asesinato desencadena la trama en este libro que reflexiona sobre la soledad, la vida entre la naturaleza y la incomprensión social.

Sidi, de Arturo Pérez-Reverte (Alfaguara. 20,90 €). Novela histórica y libro de aventuras a la vez centrado en el destierro del caballero castellano en la frontera del Duero, esa tierra de nadie entre los reinos cristianos al norte y los reinos moros al sur.

Un perfecto caballero, de Pilar Eyre (Planeta. 20,90 €). La autora barcelonesa ha querido escribir la gran novela sobre la burguesía de la Barcelona franquista. La protagoniza Mauricio Casasnovas, burgués cuya vida da un vuelco cuando se enamora de una obrera de su fábrica.

El viaje de Cilka, de Heather Morris (Espasa. 20 €). La autora navega por la estela de su anterior novela, El tatuador de Auschwitz, para reconstruir la historia de Cilka, la joven prisionera del campo de concentración cuyo destino queda en el aire en su primera obra. Un relato de superación, coraje y determinación. Se salvó de morir de hambre, enfermedad o en las cámaras de gas, pero, tras la liberación, fue acusada de colaboradora y espía ante la NKVD, la brutal policía secreta soviética. Y así, por segunda vez en tres años, Cilka se encuentra de nuevo hacinada en un tren de ganado que la transportará a un gulag.

Un hombre decente, de John Le Carré (Planeta/Edicions 62. 21,50 €). Historia de espías escrita por un maestro del género que además intenta capturar el espíritu de su tiempo; y su tiempo, en este caso, lo representa una palabra: brexit.

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