Para los fans del cómic, Jean-Paul Belmondo, siempre será el rostro que inspiró al teniente Blueberry dibujado por Jean ‘Moebius’ Giraud. Para los cinéfilos, Belmondo representa la modernidad del cine francés gracias a sus trabajos con directores de la Nouvelle Vague: ‘Al final de la escapada’, ‘Una mujer es una mujer’ y ‘Pierrot el loco’ de Jean-Luc Godard (con Jean Seberg y Anna Karina), ‘La sirena del Misisipí’ de François Truffaut (formando pareja con Catherine Deneuve), ‘Una doble vida’ y ‘Doctor Casanova’ de Claude Chabrol, ‘Stavisky’ de Alain Resnais y ‘Le doleur’ de Louis Malle.

Para los seguidores del cine popular, comedias, aventuras y filmes policiacos y de acción, hay pocos actores en los años 60 y 70 del calado de Belmondo, que resultaran más dicharacheros, dinámicos y burlones que él: ‘Un tal La Roca’ de Jean Becker o ‘Cartouche’, ‘El hombre de Río’, ‘Las tribulaciones de un chino en China’ y ‘Cómo destruir al más famoso agente secreto del mundo’, las cuatro realizadas por Philippe de Broca, quien mejor explotó sus virtudes como comediante y aventurero de peculiar sonrisa.

Y quienes degustan los anuncios publicitarios ingeniosos, seguro que ponen en buen lugar aquellos espots en blanco y negro de Martini en los que su protagonista se pasaba el dedo por el labio exactamente igual a como lo hacía Belmondo, con sugerencia y desdén, en la citada ‘Al final de la escapada’, donde fue un perfecto ‘bad boy’.

Belmondo se ha ido, a los 88 años, dejando tras de sí la estela del mejor, a la vez que variopinto, cine francés. Se ha apagado lentamente, escribió su abogado al comunicar la noticia de su fallecimiento acontecido este lunes. Con Alain Delon representó una manera de entender las películas que iba del cine de autor al de consumo con elegante facilidad. Iconos masculinos ambos, aunque de físico y atractivo bien distintos, coincidieron de pasada en una superproducción bélica de 1966, '¿Arde París?', y protagonizaron juntos uno de los 'thrillers' franceses más representativos de aquellos años, ‘Borsalino’ (1970), reencontrándose dos décadas después cuando les reunió Patrice Leconte en ‘Uno de dos’ (1998), una auténtica celebración teñida de irremediable nostalgia en la que Belmondo y Delon competían por ser el padre biológico de una adolescente encarnada por Vanessa Paradis.

De origen italo-francés, padre (Paul) escultor y hermano (Alain) productor de cine, Belmondo fue una gran estrella y un actor resuelto y versátil, a la vez que uno de los grandes sostenes del cine comercial francés. Sin él y su éxito, es imposible entender en toda su magnitud la bonanza de un cine galo que funcionó tanto en pantallas propias como en las de fuera.

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Las mejores imágenes de la carrera de Jean Paul Belmondo Agencias

Entre sus géneros predilectos estuvo sin duda el ‘polar’, con títulos como ‘A todo riesgo’, ‘El furor de la codicia’, ‘El clan de los marselleses’, ‘Pánico en la ciudad’, ‘El cuerpo de mi enemigo’, ‘El cazador de hombres’, ‘Yo impongo mi ley a sangre y fuego’ (donde procedía a convertirse en una suerte de Charles Bronson francés) o ‘El profesional’. Destacaron, especialmente, los que protagonizó a las órdenes de Jean-Pierre Melville -‘El confidente’, ‘El guardaespaldas’- antes de que el competidor natural de Belmondo, Delon, se convirtiera en el rostro hierático de los últimos títulos de este director (‘El silencio de un hombre’, ‘Círculo rojo’ y ‘Crónica negra’).

Sus primeras películas importantes fueron realizadas por directores italianos como Vittorio de Sica -en ‘Dos mujeres’- y Alberto Lattuada -en ‘Cartas de una novicia’-. Creó su propia compañía de producción, Cerito, en la que alterno los títulos más arriesgados, como ‘Stavisky’, con bombazos comerciales seguros. Estuvo casado en dos ocasiones, aunque también mantuvo sendas historias con actrices como Laura Antonelli y Ursula Andress. Hasta 1985 no le dio la gana, como hace Tom Cruise en la actualidad, de tener dobles para las escenas de acción, la peor pesadilla para los inversores de las películas. En 2011 se le concedió la Palma de Oro honorífica del festival de Cannes, ocho años antes de que la obtuviera Delon.

2016 fue el último año de su carrera. La Mostra de Venecia le dio un León de Oro por toda su trayectoria, iniciada en el cine en 1957 -y alternada en algunas épocas con sus trabajos en el teatro-, y aceptó protagonizar el documental televisivo ‘Belmondo por Belmondo’, en el que recorre con su hijo Paul algunos de los lugares en los que rodó sus películas, los escenarios en los que fraguó su mitología popular.